¿Se imagina que desde Valparaíso se pudiera tomar una foto a un cuerpo del tamaño de un milímetro, ubicado en Punta Arenas, sin ningún problema?

Esa es la magnitud de la hazaña astronómica que dio la vuelta al mundo hoy, tras conocerse la primera imagen de un agujero negro, ubicado a 53 millones de años luz de nuestro planeta.

El doctor en Astrofísica Eduardo Ibar, académico del Instituto de Física y Astronomía de la Universidad de Valparaíso y director ejecutivo de Sochias (Sociedad Chilena de Astronomía), explicó el alcance del anuncio, definiendo primero qué es un agujero negro.

“La Teoría General de la Relatividad, que postuló Albert Einstein por el año 1926 aproximadamente, fue tan revolucionaria que relacionó la gravedad con la geometría del universo”, sostuvo.

“Pero además predijo que existían lugares en el universo capaces de contener tanta masa que ni siquiera la luz podía escapar de ella. Así se define –más o menos− un agujero negro, es decir un lugar del espacio en que es tan potente la fuerza de gravedad que la luz no puede salir de ahí”, agregó.

El astrónomo continuó diciendo que los agujeros negros se han estudiado desde la teoría y los fenómenos que suceden alrededor de ellos (el vecindario), “pero nunca había sido posible mirar el objeto, debido a la oscuridad que se genera cuando los fotones no pueden escapar de esta región. Por lo tanto, esto prueba la Teoría General de la Relatividad y da la posibilidad de ver por primera vez la sombra de estas regiones oscuras del universo”.

En la imagen obtenida de la galaxia M87 se ve un anillo de 45 microarcosegundos, una unidad de medición angular que es usada en astronomía para poder expresar las grandes amplitudes de onda.

El doctor Ibar adelanta que las observaciones con ALMA comenzaron en abril del 2017. Se trata de un proyecto multinacional, son cuarenta países coordinados a nivel mundial, y participan observatorios que están ubicados en Europa, en el continente americano (en países como Estados Unidos, México y Chile) y en la Antártica.

“Estos telescopios en abril del 2017 estaban mirando al mismo lugar, detectando la misma señal. Una vez captada la señal conjunta se procesó y se generó esta imagen, a una unidad de resolución, que alcanza unos 45 microarcosegundos”, enfatizó.

“Para que se puedan imaginar, 45 microarcosegundos para un telescopio a escala mundial es, más o menos, como observar un objeto de un milímetro ubicado en Punta Arenas −sin ningún problema− desde Valparaíso. O sea, estamos hablando de una resolución espacial espectacular, nunca antes alcanzada a estas longitudes de onda. Así que es una revolución para la astronomía y para estos proyectos multinacionales”, puntualizó.

Chile participó del proyecto con los telescopios ALMA y APEC, los que fueron clave para poder detectar la luz de este lejano agujero negro, destaca el doctor Ibar.

“El objeto, al que le tomaron la imagen, está a 53 millones de años luz de distancia, y el contar con la potencia de ALMA fue crítico para lograr ver los fotones que venían de esta región”, explicó.

Finalmente, Eduardo Ibar advierte que los agujeros negros supermasivos, que están en los centros de las galaxias, regulan el crecimiento de ellas en general. Por lo tanto, el poder verlos significa dar un salto importante para el desarrollo de nuevo conocimiento en relación a la evolución de las galaxias.