Un análisis de la DW destacó el ascenso de tres latinoamericanas en la industria del rap, entre ellas la chilena Zita Zoe.

El portal internacional de noticias, Deutsche Welle (DW), destacó el ascenso de tres raperas latinoamericanas, entre ellas la chilena Zita Zoe.

A la chilena se le suman la argentina Chocolate Remix y la rapera mexicana Audry Funk.

En medio del panorama musical, el análisis de DW destaca a las raperas latinoamericanas con letras contundentes que invitan a la reflexión.

La voz de la calle sin eufemismos

Con una letra inspirada en el denominado “Estallido Social” de 2019 en Chile, Zita Zoe canta junto a Dibujo MC, DJ See all & Gonem Beats en E.S.Q.P. (2019): “Los políticos mentirnos por la tele intentan, pero no contaban con que la gente estaba despierta… No bajaremos la olla hasta que suba el presupuesto del pueblo en salud y educación (…) No bajaremos la olla hasta que suba el presupuesto del pueblo en salud y educación”.

Por su parte, la argentina Chocolate Remix entona “Acá todavía cantamos, reímos, soñamos, bailamos, marchamos, seguimo´ el reclamo, no nos achicamos ni dos miligramo´, ganamos, perdemos, pero siempre estamos” en Muevan las Cachas (2017).

En conversación con DW, la trasandina definió el rap como “una forma de expresión que permite decir cosas con gracia y ritmo, y que está muy vinculada a lo que pasa en la calle: habla desde allí y no desde un pedestal (…) Y eso me encanta”.

Sobre su enfoque de trabajo, destacó que “Mis canciones hablan de distintas temáticas, pero desde una óptica transfeminista y disidente”.

Así queda claro en la letra de la canción Ey, maricón, donde ironiza “¿Quién es?, ¿qué es?, ¿es varón?, ¿es mujer?, ¿qué es lo que es?, ¿y ahora qué?, ¿cómo se si me gusta?”.

Audry Funk, de México, también conversó con el medio y señaló que “En mis canciones hablo de todo lo que me atraviesa (…) Soy una mujer del sur global, migrante, gorda y bisexual (…) Sé que mi experiencia no es única y puede converger en medio de muchas otras”.

“En el rap sentí que encajaba, que podía seguir siendo la mujer que era, pero vistiéndome como quería y haciendo lo que quería”, agregó Zita Zoe, quien enfatizó que desde pequeña le gustaban “cosas como jugar a la pelota, consideradas en ese tiempo muy masculinas”.

Rap, un medio para el cambio

Zita recalca que “Hay un millón de cosas que me gustaría que fueran diferentes, como el racismo, el abuso de poder, el patriarcado. Y de esto hablo en mis canciones, que son la única herramienta que tengo”, e indicó que es necesario “Tomar postura es clave si quieres que las cosas sean distintas”.

Otro punto que mencionó la chilena, es que muchas veces fue subestimada e incluso desafiada. “Apostaron a que no duraría mucho tiempo en el rubro”, dijo, sin embargo, con orgullo menciona que sigue activa y con una trayectoria de 15 años.

En el caso de Audry, señaló que en algún momento le dijeron que “las mujeres no rapean, hazme los coros”. “No es fácil en general enfrentarse a un mundo de hombres, y el rap no es la excepción”, reconoció.

Obstáculos para mujeres raperas

Chocolate Remix también se refirió a cómo hay cánones muy establecidos para las mujeres y cómo esto dificulta surgir en la industria de la música.

“Hay senderos muy marcados para las mujeres (…) Si no encajas con ciertos parámetros, que se relacionan con una imagen femenina más tradicional, que cumple con los cánones de belleza convencionales, y que aborda temas y estilos de cierta manera, resulta claramente más difícil alcanzar un lugar destacado en la industria”, enfatizó.

Pese a esto, “hacemos un montón con muy pocos recursos (…) somos grandísimas luchadoras”, indicó la argentina.

Zoe se sumó a sus palabras y dijo que “Surgimos por nuestros propios medios, guerreando para obtener un espacio en la escena (…) Y creo que, a diferencia de lo que sucede en otras partes del mundo, aquí estamos porque tenemos algo que decir, no por la industria“.

Una reflexión similar tuvo la mexicana, quien indicó que “Creo que todas venimos de realidades muy similares en nuestros países y, sobre todo, de conflictos muy complejos, que aprendimos a usar para transformarlos en arte (…) Que nos den la oportunidad de entrar a sus oídos, que no se van a decepcionar”.