Joaquín (54) y Víctor (28) son dos arrieros o gauchos de la Patagonia chilena. Contratados para trabajar para hacerse cargo de miles de ovejas en Estados Unidos, buscan ahorrar. Los contrastes culturales serán una dificultad extra.

El documental se estrena este jueves 8 de septiembre en salas.

Gaucho Americano

El documental dirigido por Nicolás Molina (Director de los premiados documentales Los castores y Flow) sigue a los dos gauchos de la Patagonia chilena. Van a un lugar remoto de Estados Unidos a trabajar en lo que saben: Encargarse por meses de miles de ovejas.

Para esa labor ya no hay muchos interesados. Es una vida muy sacrificada, de mucha soledad y precariedades. A eso se deben sumar coyotes, pumas y osos que atacan a las ovejas (cuya pérdida afectan sus ganancias).

Es una labor donde ya han fracasado muchos. Pero en el extremo sur de Chile hay gauchos acostumbrados a esas condiciones extremas. Salvo por los osos (Los osos Grizzly, muy agresivos, están protegidos y no pueden matarse).

A todo lo anterior, se suma el que no hablan inglés, las diferencias culturales y que, lo que ganan, en Estados Unidos, es muy poco. Si quieren ahorrar, deben ser muy austeros.

Belleza y estética Western

“Esta película propone un viaje que juega con los códigos del documental y de las películas western, ofreciendo una obra que bordea los límites de la ficción, exponiendo un fenómeno laboral chileno del que poco se sabe”, dice el director.

Gaucho Americano presenta imágenes y escenas de gran belleza. Algunas, por el tema y los paisajes, remiten a esos western con jinetes insertos en grandes espacios abiertos, con muchos animales y unos cielos extraordinarios.

No es casualidad que Joaquín y Víctor se sintieran atraídos por la posibilidad de ahorrar. También sueñan con experimentar el ser “cowboys”.

Gaucho Americano
Plaza Espectáculos

Gauchos chilenos

Nicolás Molina, junto a Antonio Luco, realizó Los castores. Un documental sobre la plaga de castores canadienses que están provocando un gran desastre ecológico en Tierra del Fuego.

A partir de esa experiencia, el director se introduce en un mundo desconocido, que atrae.

“Inmediatamente me fasciné con los gauchos. Poseen un profundo conocimiento del ganado y el territorio, además de habilidades sobrenaturales para enfrentarse a condiciones climáticas extremas y la soledad. Cuando me enteré por el reportaje de Paula López Wood de estos chilenos que partían a Estados Unidos para trabajar como arrieros, vi un potencial cinematográfico en esta gran aventura humana”, afirma Molina.

“Durante nuestros viajes de investigación en la Patagonia y en Estados Unidos descubrí los sueños que llevaban a los gauchos a dejar sus vidas atrás para probar suerte en Norteamérica. Quise contar con esta película el destino de estos hombres en una tierra que creen po-der dominar, pero de una cultura profundamente distinta”, complementa.

Un Chile diverso, desconocido. Ser migrante

Gaucho Americano tiene grandes valores. Por un lado la historia misma, su belleza. Sus protagonistas, con sus costumbres, particular lenguaje, los conocimientos del oficio.

Por otro lado, Gaucho Americano pone temas contingentes. Como es conocer y valorar la diversidad cultural del país, en especial de sectores y grupos aislados. Borrados de la cultura oficial. Mostrar las precariedades. El ser inmigrante en un país con una cultura y un idioma muy distintos, donde comunicarse se hace complejo. Un lugar donde el dinero que ga-nan no alcanza para mucho, y si quieren ahorrar, deben ser muy austeros.

Son temas que nos remiten a nuestras identidades y a los fenómenos de inmigración que hoy tiene Chile, con haitianos, venezolanos, colombianos, peruanos, etc.

En ese sentido, Gaucho Americano permite entender algunos aspectos de fenómenos como la globalización, las migraciones y precariedades. Y lo hace de manera sensible, directa, a partir de dos chilenos sencillos, que sólo quieren soñar y ahorrar.

Entre los puntos destacados, está la música de Ángel Parra.

Afiche de Gaucho Americano
Plaza Espectáculos

Gaucho Americano

Dirección: Nicolás Molina
Guion: Paula López Wood y Valentina Arango.
Producción; Josephine Schroeder.
Producción ejecutiva: Marcela Santibáñez
Montaje: Camila Mercadal