Solemos creer que la creatividad es algo lejano. Algo que está reservado sólo para algunos. Que viene con un rayo de inspiración. Pero la creatividad es un ejercicio. El ejercicio de observar y de unir. El ejercicio de mirar la realidad y transformarla. El ejercicio de imaginar.

Durante más de dos décadas Santiago en 100 Palabras ha invitado a toda la ciudadanía a crear desde ese lugar. A tomar la ciudad como el punto de partida, como el imaginario común al que accedemos para escribir. De ahí provienen las herramientas que necesitamos: las palabras, los lugares, los recuerdos.

El concurso Santiago en 100 Palabras generó una revolución al sacar la escritura del terreno de los grandes creadores y devolvérsela a las personas. Y la respuesta fue sustanciosa. Decenas de miles de relatos cada año, cerca de un millón de cuentos recibidos en estas dos décadas. Porque Santiago en 100 Palabras es mucho más que un concurso. Es una forma de empoderamiento, de devolverle a las personas su propia creatividad. Y la creatividad es poderosa. Es una forma de libertad.

A través de esa invitación -sencilla, transversal y democrática- que hace el concurso todos los años, hemos podido conocer una ciudad que se construye desde los relatos de sus propios habitantes. Fragmentos que se entrelazan y que iluminan partes de nuestras vidas, como quien observa las luces de una ciudad que se enciende.

Y es que Santiago en 100 Palabras nos ha permitido ver una ciudad humanizada. En tiempos en que pareciera haber cada vez menos espacios para conectarnos, el concurso ha permitido generar un vínculo entre la ciudadanía, un vínculo que se sostiene en la escritura y que ha permitido que miles de personas se conecten a través de los relatos.

Porque es a través de la escritura que le podemos enseñar a nuestros niños el amor por la lectura. Es lo que hemos visto durante todos estos años en nuestro trabajo en colegios, entregándole a los niños herramientas lúdicas para escribir, con nuestro club de pequeños escritores, con las visitas de autores a sus salas.

Es lo que hemos visto también en las personas. Cuando todos los índices de lectura son negativos y nosotros recibimos decenas de miles de cuentos y nuestros libros son altamente valorados por la ciudadanía. Es la experiencia de escribir la que crea lectores.

Que esta sea el inicio de una nueva década de Santiago en 100 Palabras. Para que sean muchas y muchos más quienes reciban esta invitación a abrir la puerta hacia sí mismos y conocer el poder de la propia creación.

Carmen García Palma
Directora Ejecutiva
Fundación Plagio