La muestra, que contó con decenas de artistas extranjeros que no cobraron honorarios, estará abierta al público gratuitamente hasta el 19 de diciembre. Lleva por título "All Contemporary Artist are Political (ACAAP)".

Hasta el 19 de diciembre estará abierta al público la muestra “All Contemporary Artist are Political (ACAAP)”, a cargo del destacado artista visual chileno Francisco Papas Fritas.

Se trata de una exposición de carácter internacional que articula diversas muestras de arte político, y que desde este mes tiene lugar en Franklin Cofactory (Franklin 741, Metro Biobío).

Del catálogo, destacan obras de artistas como Burhan Ozbilici (Turquía; el fotógrafo que registró el asesinato del embajador de Rusia en su país natal), Avi Mograbi (Israel), Núria Güel (España), Sarah Revoltella (Ginebra), Clara Ianni (Brasil) y Eugenio Merino (España), entre otros.

foto del asesinato de embajador ruso en Turquía
Burhan Ozbilici

Papas Fritas recuerda el origen de la muestra mediante un manifiesto de la misma: “Era 27 de diciembre, en el marco del estallido social. El Cine Arte Alameda, centro cultural que en ese entonces estaba abierto para los rescatistas que curaban a las y los manifestantes heridos, al atardecer se incendia. Una serie de bombas lacrimógenas lanzadas por Carabineros hacia el techo desatan el fuego”.

“A partir de ese hecho surgió la idea de hacer una obra en las ruinas del Cine Arte Alameda y comenzar a invitar a distintos artistas con los que conectamos en preocupaciones y miradas – a veces comunes- sobre el arte y lo político”.

Con dicha idea en mente comenzó a trabajar: “Algunos donaron obras, que sirvieron para contribuir con insumos a rescatistas y manifestantes; otra parte se usó para construir una parte de esta exposición”.

El proceso

“Jugamos entonces con los nombres. La exposición es llamada all contemporary artist are political (“todo artista contemporáneo es político”), jugando con el acrónimo A.C.A.B (all cops are bastard), o al mismo tiempo todo artista contemporáneo es un bastardo. Como la palabra political está invertida, también podría sonar a bolitical que vendría siendo la unión de boludos y políticos, aunque la idea de el acrónimo A.C.A.A.b. es observar en qué lugar de lo político nos ubicamos cuando decimos que todo arte es político, y finalmente qué es ser político en sociedades donde lo político está desfigurado.”, reflexiona.

Si bien no existe una “curatoría vertical”, la expo sí propone una “red” internacional de artistas políticos. “Los primeros en sumarse fueron: el colectivo democracia, Regina José Galindo, Luis Camnitzer, Frente 3 de Fevreiro, Santiago Sierra, Emory Douglas, Jhafis Quinteros, Elina Chuavet, Carlos Altamirano, juan castillo y Eugenio Merino entre otros. Ellos recomendaron a otras compañeras y compañeros, amigos como the illuminator, nos contactaron con Guerrilla Girls, Regina con Marilyn Boror, democracia con Eugenio Merino, Sarah Revoltella, Petr Davitchenko. Arkadi Zaides nos recomendó a Dries Verhoeven, Nuria Guell a Levi Orta. Las jóvenes artistas de Chile Loreto Carmona e Isidora Bravo también fueron de las primeras personas en sumarse”.

Ricardo Palma Salamanca (exmiembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez) y Saioa Olga también son parte de la muestra.

“Naturalmente no todos dijeron qué bueno, y los contextos cambiaron, la pandemia evitó la exposición en su fecha original, algunos se quedaron en el camino, otros ya no encajaban bien con el carácter más general del proyecto, con la narrativa del montaje. También tres artistas mujeres chilenas invitadas se bajaron cuando me funaron, ellas sororizaron contra hechos reprochables que accioné machistamente en un momento de mi vida. La funa es absolutamente válida, así como el derecho de aquellas artistas de desvincularse”, señala.

Sobre este tema, Papas Fritas reflexiona: “La funa me ha llevado en lo personal a trabajar mi individualidad/machismo de manera profunda y activa, lo cual no es un proceso fácil ni rápido, ya que lo patriarcal no es solo una acción de poder, también hay una historicidad propia que sanar. A pesar de todas estas situaciones hemos avanzado madurando y solidificando los lazos y el discurso colectivo de la exposición”.

Según el autor, ningún artista cobró honorarios para esta exposición: “Todos trataron de pensar obras medianamente económicas, donde pudiera gestionarse el dinero con empresas pequeñas y que entendieran nuestra postura crítica, donde también estuvieron dispuestos a abrir un debate y dialogo reflexivo en cuanto a la necesidad de este arte en un país como Chile”.

“Se costearon los envíos, traducciones, material gráfico, impresiones, estructuras y mejoras del espacio, producción de piezas, y toda persona que se le ha entregado un trabajo específico para la muestra, ha sido retribuido monetariamente sin regateo, y valorando su participación, compromiso, aportes creativos y técnicos como parte de la muestra”, aseguró.