Las investigadoras Clara María Parra (UdeC), Paulina Daza (UMCE) y Marcia Martínez (UV) reconstruyen historias con quienes disfrutaron de la revista infantil que ayudó a construir el Chile del siglo XX.

Las investigadoras se encuentran trabajando en el proyecto FONDART “Comunidades lectoras del Biobío: El Peneca (1908-1960), una revista para niños y niñas del Chile moderno”, que explora en distintas experiencias lectoras de esta revista pionera en la lectura infantil chilena de la primera mitad del siglo XX.

Para ello, están recopilando diversas interacciones directas del público con la revista que circuló en Chile y también en distintos países de Hispanoamérica entre 1908 y 1960.

Este proceso “busca conocer, a partir del diálogo con personas contemporáneas a la revista, cómo fue la experiencia de formar parte de dicha comunidad lectora. Entender el significado de esperar con ansias la llegada del día sábado para comprar el número recién salido de El Peneca, y cómo el hecho de leer la revista contribuyó a modelar la niñez de los, hoy, adultos mayores de la Región del Biobio” explica Clara María Parra.

“Resulta interesante establecer cómo se asumió, a principios del siglo pasado, la práctica de la lectura como una experiencia de entretenimiento, aprendizaje y uso del tiempo libre, a través de los contenidos de El Peneca y cómo ésta era una actividad familiar compartida” señala Paulina Daza.

En la segunda parte de este proyecto, las investigadoras se encuentran en la búsqueda de lectores de El Peneca y recolectando distintos testimonios de personas que hicieron de la revista parte de su vida. Es por eso que se cuenta con el correo elpenecacomunidadeslectoras@gmail.com para contactar y recoger las experiencias de lectura que serán incluidas en el proyecto.

“Este proyecto busca establecer un registro y una reflexión respecto al acto de leer en la época de apogeo de El Peneca y cómo, hasta ahora, sigue marcando a las nuevas generaciones de lectores”, sostiene Marcia Martínez.

El Peneca fue una de las primeras revistas infantiles que surgieron en Chile con la llegada del periodismo moderno. Editada por Zig_Zag, se mantuvo vigente por 52 años, haciendo gala de gran cantidad y calidad de contenidos, ilustraciones de primer orden y una cercana relación con los lectores más pequeños de la casa.