En el 2012 el pisco volvió a ser el destilado más consumido en nuestro país, situando en el segundo lugar al ron, licor que por un periodo fue el preferido de los chilenos. Los números azules de las ventas del destilado de uva, ha tenido tranquilos a los productores, estableciendo metas hacia al mercado extranjero y con un trabajo concentrado de promover la denominación de origen por parte del Estado.

Hace algunos día se conmemoró el día nacional del pisco, instancia que permitió que la Asociación Nacional de Productores de Pisco, informar de la buena situación que han experimentado en la economía desde hace 4 años consecutivos.

Con un consumo de 2,1 lts. per cápita al año en Chile, la industria hace bastantes periodos que ya comenzó a orientar sus esfuerzos a la producción de alta gama de piscos premium y de lujo, “construyendo una oferta más versátil que compita en las economías nacional e internacional y responda a los gustos de consumidores más sofisticados”, aseguraron desde la entidad.

A nivel internacional el panorama también es positivo, ya que se proyecta un crecimiento de hasta un 30% en la capacidad de producción para abastecer el desarrollo y posicionamiento del pisco en los mercados internacionales. Ello sería posible gracias al incremento de las exportaciones, el posicionamiento en el mercado estadounidense y la premiumización del consumo tanto a nivel nacional como internacional.

La exportación en 2014 llegó a un aproximado de USD 3.1 millones, aumentando para el 2015 en 3,4MM de la moneda americana.

Bajo ese contexto, la preocupación de la asociación hoy en día radica en la protección del producto nacional a través de la fiscalización del cumplimiento de la Denominación de Origen Pisco (D.O.), entregando pruebas históricas de que el pisco es chileno.

“la primera etiqueta de pisco chileno fue registrada formalmente como Marca Comercial y Marca de Fábrica, en Chile en 1882, mientras que en Perú, la primera etiqueta de “pisco” se registró formalmente en 1922. Asimismo, la delimitación del pisco como Denominación de Origen, por medio de una norma legal, se produjo en Chile en 1931 y en Perú, en 1994″, indicó el historiador Pablo Lacoste.

A la caza del pisco

En la carta de licores de los chilenos no todo es pisco, eso está claro, la gran variedad que ha entrado a nuestro mercado ha permitido que diversos tipos de destilados de diversas marcan se vayan incorporando con éxito, debido a la gran demanda que existe.

Según el último estudio realizado por la OMS en el año 2015, Chile lidera el rankig de los países más bebedores de alcohol en América Latina, con 9,6 litros per cápita, mirando hacia abajo a países como Argentina (9,3 lts) y Venezuela (8,9 lts).

“Nunca hubo una fuerte cultura de consumo en la región, pero el desarrollo económico y nuevos valores importados de la globalización está haciendo que el consumo experimente esta tendencia de crecimiento”, sostuvo el estudio.

Uno de los licores extranjero que estuvo en el primero lugar de consumo en Chile fue el ron. Su estampa de licor dulce y caribeño, base de refrescantes y sabrosos tragos, logró situarlo hace 8 años como el más solicitado por los consumidores.

En la actualidad esta tendencia no se ha vuelto a repetir, pero si se mantiene dentro de unos de los más consumido en el país. “El ron sigue siendo la categoría más vendida, a pesar de las caídas consecutivas que ha llevado durante los últimos años. También, hace ya un tiempo el whisky ha tomado un rol protagónico en el mercado, masificándose con una oferta más grande, con innovaciones y mayor distribución en todos los canales”, indicó Jean Marc Van Kilsdonk, representante de Pernod Ricard.

Otro destilado que ha presentando un incremento fuerte en el mercado nacional ha sido el vodka. Desde el año 2010 ha experimentado un aumento del 20%, un ejemplo sería el de la marca absolut, permitiendo que se posicione como unos de los favoritos de los consumidores.

Bajo esa línea, algunos de los factores que incide en esta alza, no es solo la curiosidad por probar nuevos sabores y sensaciones distintas, de hecho, dos factores potente serían: “la baja resaca que genera y el poco hálito alcohólico que deja en el bebedor”, indicó Van Kilsdonk. A eso también hay que agregar el bajo aporte calórico en relación a otros destilados.

Hasta la fecha, los productores de pisco no han vuelto a experimentar los malos resultado de años anteriores, ahora miran hacia el exterior, para lograr un resultado similar que ha logrado el vino de nuestro país. Los destilados extranjeros siguen en la carrera por conquistar aun más los paladares de los chilenos y transformarse en una competencia preocupante para la tan apreciada “piscola”.