“Yo, Daniel Blake”, un implacable alegato contra la injusticia social en Inglaterra del director británico Ken Loach, se alzó este domingo con la Palma de Oro, máximo galardón del Festival de Cannes.
“¡Otro mundo es posible y es necesario!”, dijo el director de 79 años al recibir la recompensa, la segunda Palma de Oro de su larga carrera dedicada al cine social.
En su discurso de agradecimiento al festival y a todo el equipo, Loach aprovechó la oportunidad para lanzar un vibrante alegato contra los peligros del neoliberalismo.
“El mundo en que vivimos está en un punto peligroso, al borde de un proyecto de austeridad que llamamos neoliberal, que corre el riesgo de llevarnos a la catástrofe”, dijo.
Cannes retenía el aliento horas antes del anuncio del palmarés de la 69º edición del mayor festival de cine del mundo, en una gala que se celebrará por la noche en el Palacio de Festivales.
Una desopilante comedia alemana, un filme poético del estadounidense Jim Jarmusch y dos dramas rumanos encabezan los pronósticos de la crítica internacional para la Palma de Oro.
Tras 11 días de cine, fiestas y glamour, los nueve miembros del jurado presidido por el australiano George Miller (“Mad Max”) se reunían en cónclave este domingo en un lugar mantenido en secreto, lejos del tumulto de la Croisette y con prohibición absoluta de utilizar sus teléfonos móviles.
La tradición dicta que tras las deliberaciones cada miembro del jurado deposite su voto en un cubo de champaña para elegir por mayoría absoluta – al menos cinco votos – a los ganadores de las siete distinciones que atribuye el festival: Palma de Oro, Gran Premio, Premio del Jurado, Mejor Dirección, Mejor Guión, Mejor Interpretación femenina y masculina.
De acuerdo a las estrictas reglas del certamen, sólo una película puede ganar la Palma, que este año fue confeccionada con oro procedente de Colombia. El trofeo permanece en una caja fuerte y se entrega en el último momento, bajo custodia, a la dirección del festival.