Un intenso debate genera en el mundo científico y de la salud una nueva hipótesis respecto de los daños causados por el virus Zika en Brasil, país en el que existen cuatro mil casos de microcefalia en recién nacidos cuya relación con la enfermedad está siendo investigada.

Un hipótesis que fue presentada por la Organización de Médicos de Pueblos Fumigados de Argentina, asegura que en la zona donde se registraron el mayor número de casos de malformaciones, el Estado brasileño utilizó hace algunos años un pesticida en el agua para consumo humano.

El piriproxifeno es un inhibidor del crecimiento de las larvas de mosquitos y sería el causante de las malformaciones, según lo explicó el coordinador de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, el neonatólogo y pediatra, Medardo Ávila.

Una hipótesis que da la vuelta al mundo y que aún no ha podido ser descartada o confirmada por la organización mundial de la Salud.

La representante de este organismo en Chile, Paloma Cucci, afirmó que ninguna hipótesis puede ser desechada a priori sin que pueda ser comprobada, por lo tanto también se está trabajando en la evaluación de los factores que podrían estar ocasionando el padecimiento a los menores.

Para el subsecretario de Salud Pública, hoy ministro de Salud subrogante, Jaime Burrows, la relación que se ha establecido entre las malformaciones congénitas y la exposición a herbicidas hacen que el planteamiento de los médicos argentinos sea una hipótesis absolutamente plausible.

En tanto, el ministro de sanidad brasileño, Marcelo Castro, descartó la relación entre los casos de microcefalia y el Pyriproxyfen, producido por la multinacional japonesa Sumitomo Chemical. La empresa japonesa tiene alianza con Monsanto, líder mundial en biotecnología agraria.