En una polémica nueva investigación, científicos chinos dijeron que fueron capaces de manipular por primera vez el genoma de embriones humanos, lo que crea preocupaciones éticas sobre esta nueva frontera en la ciencia.
El trabajo, que fue reportado el miércoles en la revista Nature News, apareció primero en una publicación científica poco conocida llamada Protein and Cell.
En el texto, el investigador de función genética Junjiu Huang –de la Universidad Sun Yat-sen de Guangzhou– describe junto a sus colegas la forma como editaron unos embriones obtenidos de una clínica de fertilidad.
Los embriones estaban ya calificados como inviables y no tenían posibilidad de dar nacimiento a una vida humana, porque tenían un juego extra de cromosomas tras haber sido fecundados por dos espermetozoides.
Los investigadores “intentaron modificar el gen responsable de la beta-talasemia, un trastorno sanguíneo potencialmente fatal, usando una técnica de edición genética conocida como CRISPR/Cas9″, indicó el reporte en Nature News.
Los científicos chinos dijeron también que habían tenido “grandes dificultades” y que su trabajo muestra “la necesidad urgente de mejorar esta técnica para que sea aplicada en la medicina”.
Inyectaron 86 embriones con una versión corregida del gen defectuoso y esperaron 48 horas. Setentaiún de ellos sobrevivieron, de los cuales 54 fueron examinados.
Los investigadores hallaron que sólo 28 “se empalmaron con éxito”, pero que sólo una fracción de ellos contenía el nuevo gen, señaló el reporte.
“Si usted quiere aplicar esta técnica a embriones normales, necesitará que la tasa de reemplazo genético sea de 100%”, dijo Huang, citado por la revista.
“Es la razón por la que suspendimos el experimento, porque pensamos que esta técnica aún es muy inmadura”, explicó.
Aún más preocupante fue la “cifra sorprendentemente alta” de mutaciones no previstas que aparecieron durante este proceso de edición genética: una tasa mucho mayor a la vista en previos estudios de edición genética en ratones o células humanas.
Estas mutaciones pueden ser dañinas y son la principal razón por la cual existen muchas preocupaciones entre la comunidad científica desde que el año pasado comenzaron a correr rumores sobre el trabajo de este equipo chino.
“Este último trabajo subraya algo que ya sabíamos: necesitamos detener este tipo de investigación y tener largas conversaciones para decidir qué dirección tomaremos”, dijo Edward Lanphier, presidente de Sangamo BioSciences en Richmond, California, también citado en el estudio de Nature News.