Un tribunal japonés consideró no aptos para volver a funcionar dos reactores atómicos considerados seguros por la autoridad de regulación nuclear nipona, lo que amenaza con retrasar aún más un proceso considerado demasiado largo por los pronucleares.
Un juzgado de la provincia de Fukui (oeste), donde se encuentran los reactores 3 y 4 de la central nuclear de Takahama, estimó que no se reunían las condiciones en el apartado sísmico para autorizar su reactivación, tal y como pedía el grupo de ciudadanos denunciantes.
“La decisión del tribunal tiene en cuenta la opinión de los ciudadanos en cuanto a la importante amenaza que constituyen Takahama 3 y 4 para millones de personas en la región de Fukui y Kansai (oeste)”, declaró inmediatamente la organización ecologista Greenpeace.
Ello, pese a que el regulador nuclear se había pronunciado a favor de la reapertura de estos reactores, al considerar que respondían a los criterios más severos impuestos a las instalaciones nucleares para enfrentarse a los riesgos de catástrofes naturales.
El operador de Takahama 3 y 4, la compañía Kansai Electric Power, decidió recurrir a la sentencia que califica de “totalmente inaceptable”.
La presión de la industria nuclear y de sus partidarios, entre quienes se encuentra el primer ministro, Shinzo Abe, chocan con los temores de la opinión pública nipona, que persisten cuatro años después del desastre de Fukushima, y que suele contar con el apoyo de las autoridades locales.