Este miércoles el Gobierno entregó un nuevo balance en torno a la emergencia que afecta al norte de Chile, dejando como saldo cuatro personas fallecidas y otras 22 que se mantienen con paradero desconocido.

La atención, sin embargo, la concita la polémica desatada entre la Dirección Meteorológica de Chile y la Oficina Nacional de Emergencias. Esto, luego que un experto de Meteorología, Luis Salazar, sostuviera que desde la jornada del domingo que la Onemi ya conocía el estimado de agua que caería sobre las zonas afectadas.

“El pronóstico que existía siempre habló de alrededor de 30 milímetros de agua en 24 horas (que caerían) en la zona de Atacama”, manifestó Salazar, y pese a que el informe reportaba “precipitaciones moderadas”, quedaba en evidencia la magnitud de las precipitaciones, lo que generó una serie de cuestionamientos hacia el organismos de emergencia.

Si bien el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, descartó entrar de lleno en esta polémica, sí pidió a los técnicos opinar “con la suficiente prudencia porque generan dinámicas comunicacionales que son complejas”, manifestando que las desavenencias quedaron zanjadas en la noche de ayer.

El que sí se atrevió a emplazar al meteorólogo fue el director de la Onemi, Ricardo Toro, quien calificó sus palabras como “poco afortunadas” y que generó “una polémica innecesaria”.

Agregó que la diferencia recién se marcó ayer, luego que la Dirección Meteorológica emitiera la alarma a las 11:48, aunque aclaró que las alertas tempranas sí fueron tomadas por su organismo.

En la misma línea el jefe de turno de Meteorología, Arnaldo Zúñiga, subrayó que lo que inicialmente se envió a la Onemi fue una alerta, elevando la alarma después al evaluar que la condición sería más crítica.

Por lo anterior, sugirió que esta polémica se dio por “distintas interpretaciones técnicas” entre quienes intervinieron.