A menos de un día de su muerte, el rey de Arabia Saudita, Abdalá, fue enterrado en una humilde ceremonia, despojada de la opulencia a la que están acostumbrados los gobernantes del medio oriente petrolífero.
Cercanos y dignatarios del mundo árabe participaron del funeral del monarca, apreciado de manera transversal por occidente.
Según informa Dailymail, el cuerpo del rey Abdalá fue envuelto en un paño simple y posteriormente sepultado en una tumba sin nombre.
¿Por qué sin nombre?
La tradición musulmana conservadora señala que la máxima autoridad sea despedida con poca ostentación.
Además, los predecesores de Abdalá y sus hermanastros también fueron enterrados con lápidas carentes de identificación en el mismo cementerio donde reposan los restos del monarca.

Mohammed Mashhur | AFP

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