Especialista del vínculo social, el sociólogo francés Michel Maffesoli, que acuñó el término “tribus urbanas”, considera que la atomización de nuestra sociedad en comunidades pone en evidencia una “nueva forma de vivir juntos”.

PREGUNTA: ¿Cuál es su definición de las “tribus urbanas”?

RESPUESTA: Son grupos humanos que se constituyen por afinidades a partir de mediados del siglo XX y de las grandes rebeliones juveniles como la de 1968.

Sus miembros comparten los mismos gustos, las mismas orientaciones sexuales o religiosas, o la misma forma de consumir. Es difícil hacer una lista, pero alcanza con ir a las grandes ciudades para verlas.

P: ¿Por qué el fenómeno de tribalización aparece precisamente en ese momento de nuestra historia?

R: Por un fenómeno de desgaste del modelo social anterior basado en el individuo. En 2000 años de historia, se constata que las sociedades evolucionan por ciclos de más o menos tres siglos y medio. Al final de un ciclo, el modelo de sociedad padece fatiga, un poco como le pasa a una máquina. De esa forma, la Edad Media cedió el paso al Renacimiento, que a su vez pasó a la modernidad, y así sucesivamente. Es lo que se llama la crisis. La crisis que hoy en día todos reducen a su dimensión económica, pero que en realidad está en nuestras mentes, en nuestra manera de pensar, de organizarnos. El sociólogo norteamericano Pitirim Sorokin utiliza el término de “saturación” para describir el fenómeno. Es un poco como si se agregara un poco de sal o de azúcar a un vaso de agua y que hasta el último grano uno no se percatara de que el agua está saturada.

P: Usted califica a estas tribus de “posmodernas”, ¿por qué ese término?

R: La modernidad comienza en el siglo XVII con Descartes, que nos dice ‘Pienso dentro de la fortaleza de mi mente’ y firma así la partida de nacimiento del individuo dueño de sí mismo. La modernidad continua en el siglo XVIII, en el que se consolida nuestra forma de pensar, y luego en el XIX en el que se constituyen los modelos sociales, antes de perderse a mediados del siglo XX. Allí comienza lo que yo llamaría “la posmodernidad”, de la cual el tribalismo es una de las manifestaciones. Es decir ya no una sociedad unificada, sino un mosaico de comunidades reunidas por afinidades.

P: La palabra “tribu” también plantea interrogantes. Hace referencia al pasado más que a la modernidad.

R: Decidí usar la palabra “tribu” en 1988 (año de publicación del libro “Tiempos de tribus”) un poco por provocación. Quería mostrar que estábamos asistiendo a un regreso de algo que se creía superado. Cuando hablan de tribus, los etnólogos se refieren a la forma en que se protegían en la jungla de la adversidad, sea cual sea. Hoy en día, en las junglas de piedra que son nuestras grandes ciudades contemporáneas, no hay necesidad de cerrar filas, por eso aparecen comunidades que comparten simplemente los mismos gustos.

La diferencia de las tribus posmodernas reside en la sinergia entre lo arcaico y lo tecnológico. Hoy en día, un 70% del tráfico en internet corresponde a encuentros comunitarios, eróticos, filosóficos o religiosos. Es lo característico de la posmodernidad, el asociar opuestos. De un lado, lo corporal, las ganas de disfrutar la vida, y del otro, lo espiritual, como lo demuestran la aparición del New Age contemporáneo, el hinduismo o el yoga.

P: ¿Cómo puede evolucionar el fenómeno?

R: “Estamos construyendo una manera distinta de vivir juntos, que no se reconoce en la sociedad oficial. Lo que hoy está fuera de la ley será la norma mañana. Se ve muy bien cómo las pequeñas comunidades musicales, sexuales, y culturales de los años 60 se convirtieron en referentes de hoy. Al igual que los poetas malditos del siglo XIX, que hoy son referencias universitarias. Creo que es algo característico del ser humano. Pero la intelectualidad, los periodistas, los universitarios o los políticos están desfasados frente al fenómeno y se mantienen en esquemas sociales tradicionales.