La serie policial “Miami Vice”, que cumple treinta años de su estreno, revolucionó la pantalla chica con su estética cinematográfica, pero más importante aún, rehabilitó a la violenta Miami y propagó mundialmente su fama de ciudad sexy y multicultural.

“Fue lo que le dio a Miami su reputación de ser peligrosa, sexy y ‘cool’. Era solo peligrosa” hasta ese momento, señala Billy Corben, director del documental “Cocaine Cowboys”, un retrato de la explosión del crimen organizado en las décadas de 1970 y 1980 en la ciudad de Florida (sureste de Estados Unidos).

Rampante criminalidad, luchas entre narcotraficantes, miles de refugiados haitianos y cubanos, entre estos últimos delincuentes llegados durante el éxodo del Mariel, revueltas raciales: Miami era tierra de nadie cuando la serie se estrenó el 28 de septiembre de 1984.

“Prácticamente no era una ciudad. Estaba desolada, muchas de las municipalidades estaban en bancarrota”, dice Corben a la agencia de noticias AFP.

Titulares como “Wall Street de la droga” o “Paraíso perdido” se leían en la prensa nacional sobre Miami, donde hacían vida centenares de capos que inyectaban más recursos a la economía local que el turismo.

Aparecieron entonces los detectives encubiertos Sonny Crockett (Don Johnson) y Rico Tubbs (Philip Michael Thomas), uno blanco y otro negro, bajo las órdenes del hispano teniente Castillo (Edward James Olmos), vistiendo ropa de marca al volante de autos deportivos y lanchas rápidas, en su lucha contra ostentosos capos de la droga en una ciudad de excesos.

Una Miami posible

“En resumen, lo que hizo ‘Miami Vice’ fue crear a través de los ojos del director una Miami que era posible y que la mayoría de la gente ni imaginaba”, indicó a la AFP Beth Dunlop, crítica de arquitectura y autora de libros sobre la ciudad.

El más beneficiado fue el barrio Art Decó de Miami Beach, que reúne centenares de construcciones de ese estilo arquitectónico, para entonces llamado “el cuarto de espera de Dios”, con decrépitos edificios habitados por jubilados judíos y criminales.

Los creadores de Miami Vice, que salió al aire en Estados Unidos hasta 1989, aprovecharon una incipiente campaña por recuperar la zona, que había ganado tracción con una visita de Andy Warhol, y el hecho de que algunos edificios comenzaban a ser pintados de colores pasteles.

El productor “Michael Mann y su equipo pudieron capitalizar aquello de una manera que hizo que Miami se viera extremadamente bella y glamorosa”, estima Dunlop.

“Miami Vice”, merecedora de varios premios Emmy y Golden Globe, fue más allá y “abrió el lente para mostrar algo del deterioro, del crimen, y, quién lo iba a decir, resultó ser muy atractivo”, dice Corben.

La serie ganó popularidad y de repente todo el mundo quería venir a Miami, mostrada en la pantalla como una bullente ciudad multicultural enclavada en un balneario de clima privilegiado.

Conservadores y habitantes de Miami Beach recuperaron más edificios art decó en una carrera por salir en la serie y los turistas regresaron en tropel.

EEUU del futuro, hoy

El impacto de la serie no quedó circunscrito a Miami, según críticos.

“‘Miami Vice’ dejó entrever a un Estados Unidos del futuro (que vivimos hoy), un país ecléctico, sintético, políglota y multiracial. (…) También impregnado de una capacidad de empatía y tolerancia inimaginable en el pasado”, escribió en días pasados el periodista T.D. Allman, autor de “Miami: City of the future”.

Para la televisión también marcó un antes y un después.

“Trajo convenciones y estilos de la pantalla grande y los aplicó a la pantalla chica, lo que nadie había hecho antes”, como la manera de utilizar la música y el montaje de videoclip y la contraposición de elementos cómicos y dramáticos en un mismo programa, hoy cotidianos en la televisión, estima Corben.

“Miami Vice” mostró “un universo, una estética y un ambiente que te cautivaban, y eso fue lo que realmente marcó un cambio”, agregó sobre la serie, que además de lanzar a la fama a sus protagonistas, ayudó a despegar a actores desconocidos como Bruce Willis, Liam Neeson, Julia Roberts o Ben Stiller.

Hoy, modernos rascacielos se aglomeran en el centro de la ciudad y Miami Beach resplandece ante los turistas. ¿Pero realmente cambió la ciudad? No tanto, dice Corben. Algunas zonas del condado de Miami-Dade siguen siendo de las más peligrosas del país, subraya.

“Siempre ha sido la naturaleza de nuestra permisiva sociedad. Mientras fluya el dinero y la champaña, nadie se pregunta de dónde vienen. Miami es la Casablanca de Estados Unidos, siempre lo fue y siempre lo será”.