El alto nivel de radiactividad detectado el viernes en la planta inglesa de Sellafield, la más antigua de Europa, se debió a la presencia natural de radón en la atmósfera y no a un problema de funcionamiento.
“Nuestros detectores son extremadamente sensibles y señalan cualquier anormalidad”, explicaron los responsables de la planta del noroeste de Inglaterra en un comunicado.
“Por la noche el sistema de detección señaló niveles elevados de actividad. Tras una investigación y un análisis, podemos confirmar que esos niveles corresponden al radón que se da naturalmente”, agregaron.
“Siempre tuvimos la confianza de que no suponía ningún riesgo para los trabajadores o el público”, aclararon.
El radón es un elemento gaseoso radiactivo natural.
Hasta que no dieron con la causa de los altos niveles de radiactividad detectados, los responsables de la planta decidieron este viernes por la mañana dejar en casa al personal no esencial.
“Nuestra prioridad número uno es, en todo momento, garantizar la seguridad del complejo de Sellafield”, se justificaron.
“En consecuencia (…) tomamos medidas cautas y conservadoras, como la de esta noche pidiendo a todo el personal que no fuera de seguridad que se quedaran en casa”, sentenciaron.
Los trabajadores se reincorporaran normalmente desde este fin de semana, explicaron.
Sellafield fue la primera central nuclear del mundo que proporcionó electricidad al público, pero dejó de producirla en 2003. Desde entonces, el sitio se emplea para el almacenamiento de los desechos nucleares y la recuperación del combustible usado.
En marzo de 2013 tuvo que ser cerrada momentáneamente “por precaución” por las inclemencias del tiempo.
Un empleado del lugar que pidió no ser identificado dijo que el personal no había recibido información precisa de lo que había ocurrido y que fue un detector en una valla circundante el que había señalado el problema.