La policía nicaragüense informó este lunes que pedirá el apoyo a la Interpol para capturar a un dirigente opositor, Roberto Bendaña, que se fugó del país tras burlar el arresto domiciliario dictado por la justicia.

La policía “está coordinando con Interpol y otras agencias de policías internacionales” la captura de Bendaña y su “posterior entrega a las autoridades nicaragüenses”, anunció la institución en un comunicado.

Bendaña desapareció el viernes pasado de su casa, ubicada en una zona residencial al sur de la capital, donde se encontraba bajo arresto domiciliario a la espera de ser procesado por los delitos de estafa y asociación al crimen organizado que la Fiscalía había promovido en su contra.

La policía sostiene que el opositor “se dio a la fuga (…) con el apoyo de terceras personas”, según la nota.

Poco después del anuncio hecho por la policía, Bendaña confirmó a un canal de televisión que había huido de Nicaragua.

“Me he escapado de la injusticia de un proceso que se estaba llevando viciado”, argumentó Bendaña vía skipe al Canal 15.

Bendaña es un empresario dedicado a la cosecha del café y directivo del grupo cívico opositor Hagamos Democracia, que cuestionó la transparencia de las elecciones presidenciales del 2011, en las que el presidente Daniel Ortega obtuvo su reelección para un tercer mandato.

Bendaña cayó en desgracia en agosto pasado cuando las monjas de la orden Santa Teresa de Jesús lo acusaron ante la Fiscalía -junto a otros dos reconocidos empresarios- por un adeudo de más de U$500.000 en concepto de certificados de inversión vencidos.

En su denuncia, las monjas señalaron que en 2009 compraron varios certificados de inversión a una empresa de nombre International Investments and Financial Services, Inc, con sede en Panamá, de la que Bendaña y sus socios eran dueños.

A la denuncia de las monjas se sumaron otras demandas por deudas que superan los dos millones de dólares, todas vinculadas supuestamente a la de Bendaña, quien ha dicho que es inocente.

En septiembre pasado, la Fiscalía llevó el caso ante un juez penal de Managua que había dictado arresto domiciliario a los tres detenidos hasta que iniciara el juicio en el 2014.