La primera vuelta de las elecciones legislativas en Malí se celebrará el domingo, tres meses después de las presidenciales, para culminar la vuelta a la legalidad constitucional de un país debilitado por el golpe de Estado de marzo de 2012 y los grupos armados islamistas.
La sombra de atentados o ataques de los grupos yihadistas activos en el norte de Malí planea sobre estas elecciones en las que miles de soldados franceses y africanos de la ONU velarán por la seguridad.
Los grupos yihadistas que ocuparon el norte del país durante nueve meses de 2012 antes de ser expulsados por una intervención militar internacional liderada por Francia en enero de 2013, reanudaron sus ataques el 28 de septiembre tras meses de calma.
La incertidumbre reina en torno a Kidal, cuna de los tuareg y de su rebelión del Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA), donde rige la anarquía a pesar de la presencia de las fuerzas francesas, malíes y de los miembros de la misión de la ONU en Malí (Minusma).
La campaña electoral de tres semanas finaliza este viernes y no logró una gran movilización de los 6,5 millones de electores, lo que acarrearía una bajada del índice de participación respecto a las presidenciales de los meses de julio y agosto, cuando rondó el 50%.
De estos comicios salió vencedor en la segunda vuelta Ibrahim Boubacar Keita frente a Soumaïla Cissé.
El objetivo del partido presidencial, Agrupación por Malí (RPM), es dar al jefe de Estado “una cómoda mayoría” en la Asamblea Nacional de 147 diputados para que pueda desarrollar la recuperación del país, según Moussa Diakité, responsable del RPM.
Sin embargo, este partido podría tener que aliarse con otras formaciones, especialmente con la Alianza para la Democracia en Malí (Adéma). Este partido, uno de los más antiguos y mejor implantados, se desintegró en las presidenciales, ya que una parte de sus dirigentes apoyaron a IBK y otros a Cissé.
Este último, originario de la región de Tombuctú donde es candidato por su partido, la Unión para la República y la Democracia (URD), espera convertirse en líder de la oposición parlamentaria.
Las elecciones del domingo estarán supervisadas por cientos de observadores nacionales e internacionales, entre ellos los de la Unión Europea (UE). Si fuera necesario, la segunda vuelta se celebrará el 15 de diciembre.