Cada cual con sus conflictos, la Alianza y la Nueva Mayoría se reordenan para la segunda vuelta. No obstante, surgen problemas domésticos que traban la rearticulación de fuerzas, porque las derrotas pesan en Talcahuano, y en la UDI el bajo compromiso pasa la cuenta.

Dificultades dejan en evidencia diversos sectores, de cara a la segunda vuelta obedece a asuntos domésticos de cada partido. El socialista con un apenas 42,39% para Michelle Bachelet en Talcahuano, comparado con sobre el 50% de la región, la derrota del candidato Raúl Súnico a diputado y la pérdida de Camilo Escalona en la senatorial Costa, sólo celebró al consejero regional Eduardo Saavedra.

En la interna, la concentración por la segunda vuelta es un desafío, pero también lo es el reordenamiento de las filas y el futuro de Súnico, quien podría ser acogido nuevamente por el alcalde Gastón Saavedra en el municipio de la ciudad puerto.

La UDI en tanto, aún sin coordinaciones con RN, busca de manera desesperada en la zona retomar la campaña, incluso en el límite del intervencionismo electoral, luego de conocerse el correo instructivo al interior del mismo gobierno.

Luis Santibáñez, ahora consejero regional gremialista, emplazó -sin dar nombres- a quienes no trabajaron en la elección pasada, a no quejarse por una eventual derrota.

Por otra parte, Renovación Nacional está por estos días con la moral baja, luego de sus derrotas en dos distritos que parecían triunfos fáciles: el 47 con Cristóbal Urruticoechea y el 42 con Frank Sauerbaum.

La dirigencia aún no se recupera ni rearticula para la segunda vuelta, si es que le interesa el proceso, porque al perecer la preocupación apunta a 2017 con Sebastián Piñera y nada más, según militantes de base.