Se encienden los ánimos días previos al cambio de mando en el Municipio penquista. Mientras el alcalde saliente Patricio Kuhn ordenó una auditoría externa y amarró cargos, el electo Álvaro Ortiz criticó el destiempo de una revisión contable que pidieron como concejales, siempre con portazo en la cara. Además criticó la falta de fair play de su antecesor, deslizó sospechas de un manejo desde las sombras, apuntando claramente a la ex intendenta Jacqueline Van Rysselberghe y anunció una auditoría externa, pero desde que él asuma.

Todo parecía tranquilo y transparente con las frases de buena crianza en una reunión protocolar solicitada por el alcalde electo Álvaro Ortiz celebrada hace un par de días. Esto no hacía presagiar el enredo posterior que dejó atrás lo calmo de los ánimos.

El 6 de diciembre asume Ortiz, y deja la alcaldía Patricio Kuhn, pero la medida a última hora de ordenar una auditoría externa desde la corporación no cayó mal sino pésimo en un ex concejal que durante meses junto a sus pares solicitó al alcalde saliente que esta medida se llevara a cabo.

Ortiz apunta a maniobras políticas de operación desde las sombras, en clara alusión a la ex alcaldesa Jacqueline Van Rysselberghe.

El alcalde electo, sostuvo encuentros de coordinación para trabajo futuro con los dirigentes de la Concertación y la oposición completa. Allí lo respaldaron para esta contingencia y el cómo afrontarla desde el municipio, entre ellos, el dirigente decé Oscar Ferrel, quien lanzó advertencia a la coalición gobernante y sus prácticas.

Las críticas también provinieron desde el presidente regional socialista Dante Gebauer.

El alcalde electo, confirmó la realización de otra revisión contable, independiente de la anunciada por la administración saliente y con la inclusión de la corporación Semco, que concentraría las eventuales irregularidades administrativas, a diferencia de la iniciativa de Kuhn.