La salida del Gobernador dejó en evidencia la guerrilla interna de la UDI en la región del Bío-Bío. Alejandro Reyes reveló que evalúa renunciar al gremialismo, luego de criticar a la directiva local por el nulo apoyo y por el contrario, el ir y venir de rumores acerca de su alejamiento del cargo.

Él dice haber renunciado, sin embargo el oficialismo lo habría destituido. Su situación no es nueva; cruza medio año de rumores de salida, críticas a su gestión y zancadillas que él mismo reconoce vinieron del interior de la UDI.

Los dardos apuntaron derechamente a la directiva regional y a los diputados Iván Norambuena, presidente regional y Jorge Ulloa, los únicos parlamentarios a los que no agradeció su paso por la Gobernación.

Reyes, incluso piensa en dejar el partido:

Reyes, entre líneas dibujó el escenario de división total que se acrecienta en las filas de la UDI en el Bío-Bío, donde su mayor respaldo provino del sector Van Rysselberghe, Jacqueline y Enrique, y del senador Víctor Pérez, quienes esta vez perdieron el gallito interno, pese a gestiones al más alto nivel, las que no surtieron efecto para la decisión que visara el subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla en su visita a la zona.

El seremi de Gobierno, Oscar Aliaga, descartó maquinaciones y atribuyó la salida del gobernador a evaluaciones permanentes en el aparato estatal.

El 3 de julio asumirá la gobernación de Concepción Luis Santibáñez, quien actualmente se desempeña como director regional de Sercotec, militante de la UDI y más cercano a la directiva, pese a provenir de la gestión de Jacqueline Van Rysselberghe como alcaldesa en el municipio penquista.