Chile se encuentra en el puesto 43 de 156 países del mundo en un ranking que lidera Dinamarca, Finlandia, Noruega y que cierran Togo y Sierra Leona, según un estudio realizado por la Universidad de Columbia.

La pregunta formulada por los investigadores solicitaba poner nota de uno a diez al nivel de felicidad de los encuestados, y el promedio de Chile fue un 6, lo que ubicó al país en el número 43 a nivel mundial y 12 de entre 26 naciones en Latinoamérica.

Este estudio consideró factores económicos, sociales (como el apoyo y confianza social) y la salud mental, elementos que parecen jugar un factor crucial en la felicidad y que según los expertos de la Universidad de Columbia, deben ser factores a considerar en la futura elaboración del Gross National Happiness (Producto Nacional de la Felicidad).

Según un informe de la ONU, la salud mental es uno de los factores más importantes a la hora de medir la felicidad personal y uno de los menos considerados por las encuestas.

El psicólogo de Red Salud UC, José Pinedo “la felicidad sería un estado más o menos permanente, que lleva a que una persona perciba la realidad y se inserte en su entorno de manera optimista, confiada y en paz consigo misma y con quienes lo rodean”.

Agregó que sin embargo, esto no significa que esta persona “feliz” no pueda o no deba experimentar emociones como miedo, pena o rabia. Lo que significa es que “estas olas emocionales podrán matizarse por este estado de felicidad con que la persona se mueve en el mundo”, puntualizó el experto.

Sostuvo que un buen entorno social y afectivo ayuda a que los niños y niñas desarrollen progresivamente un sentimiento de felicidad.

“Es muy importante que cuando se llega a adultos, se deba ‘trabajar’ por conseguir la felicidad y poder mantenerla en el tiempo. Lo primero es conocerse a sí mismo’ cuáles son las actividades y situaciones que me producen mayor bienestar, cómo es la imagen que tengo de mí mismo (autoestima), cómo logro recuperarme después de una situación estresante. Lo segundo, es tener consciencia que la felicidad no es un estado permanente y que se debe trabajar constantemente por mantenerla”, dijo el psicólogo.