Google declaró que el supuesto espionaje fue explicado erróneamente en los medios, pues la compañía utilizó una conocida funcionalidad de Safari para proporcionar, con el consentimiento del usuario, caracteristicas suyas cuando estos habían iniciado sesión en Google, en las que accidentalmente se incorporó publicidad.

“Las cookies relacionadas con la publicidad en el navegador no habrían recabado información personal”, explicó Rachel Whetstone, Vicepresidente de Comunicación y Asuntos Públicos de Google.

A diferencia de otros navegadores importantes, el navegador Safari de Apple bloquea cookies que provienen de terceros por defecto. Sin embargo, Safari permite muchas otras funcionalidades para sus usuarios que dependen de terceros, como el botón “Me gusta”.

El año pasado, la compañía utilizó esta posibilidad para permitir funcionalidades en Safari a aquellos usuarios que habían iniciado sesión en Google y que habían optado por ver anuncios personalizados y utilizar el botón “+1” en aquellos temas que les podían interesar.

Para poder habilitar estas funcionalidades, los programadores crearon un enlace de comunicación temporal entre los navegadores de Safari y los servidores de Google, de manera de poder determinar de forma anónima cuándo los usuarios de Safari habían iniciado sesión también en Google y habían optado por este tipo de personalización.

Sin embargo, el navegador Safari contenía una funcionalidad que permitía a otras cookies de Google relacionadas con los anuncios instalarse en el navegador. El imprevisto provocó que se comenzara a eliminar estas cookies de los navegadores de Safari por parte de la compañía del famoso buscador.

Los usuarios de Internet Explorer, Firefox y Chrome no se vieron afectados por esta situación, y tampoco aquellos usuarios de Safari que habían expresado su voluntad de no participar en el programa de Google.