El gobierno de Cuba decretó el lunes 72 horas de duelo oficial a partir del martes con motivo del fallecimiento del gobernante de Corea del Norte, Kim Jong-Il, informó un comunicado oficial leído en la televisión.
“El Consejo de Estado (ejecutivo) de Cuba ha decretado duelo oficial con motivo del fallecimiento del compañero Kim Jong-Il, presidente del Comité de Defensa Nacional y secretario General del Partido del Trabajo de la República Popular Democrática de Corea, durante los días 20, 21 y 22 de diciembre”, señaló el texto oficial.
“Mientras esté vigente el duelo oficial, la bandera nacional será izada a media asta en los edificios públicos e instituciones militares”, añadió el comunicado.
El diario oficial Granma y el semanario Trabajadores, únicos periódicos de circulación nacional el lunes en la isla, así como los noticieros radiales y de televisión, todos bajo control del Estado, informaron sobre el deceso de Kim Jong-Il, destacando que su hijo Kim Jong-Un fue designado para sucederle.
En una escueta nota, Granma atribuyó la muerte de Kim Jong-Il, en el poder desde 1994 cuando sustituyó a su padre, el líder histórico norcoreano Kim Il Sung, a “una fatiga física”, mientras que Trabajadores explicó que sufrió “un infarto cardíaco” en momentos en que “cumplía un viaje de trabajo en tren”.
Cuba y Corea del Norte, que son dos de los cinco países comunistas del mundo, establecieron relaciones diplomáticas el 29 de agosto de 1960, un año y medio después del triunfo de la revolución de Fidel Castro. Actualmente mantienen nexos comerciales y de cooperación en petróleo, salud, biotecnología, agricultura, educación y deportes.
El más reciente contacto de alto nivel entre ambos países ocurrió en noviembre de 2010, cuando visitó la isla el jefe del Estado Mayor del Ejército de Corea del Norte, vicemariscal Ri Yong-Ho, y conversó con el presidente Raúl Castro sobre el “excelente” estado de las relaciones, según se informó oficialmente entonces.
En 2008 el gobernante Partido del Trabajo de Corea del Norte rindió homenaje a Fidel Castro, quien había visitado Pyongyang en 1986, destacando que el líder cubano “forjó particulares relaciones de camaradería” con Kim Il-Sung.