Costa Rica está a la espera de una denuncia formal de Colombia para actuar en un caso de pesca ilegal de 2.000 tiburones en un santuario por parte de buques con bandera costarricense, denunciado este viernes por una consejera presidencial de aquel país.

La Cancillería de Costa Rica indicó que su homóloga colombiana dijo “no disponer, en ese momento, de información oficial sobre el hecho, en particular, que los involucradas sean embarcaciones de bandera costarricense”.

Agregó en un comunicado, que el país defiende la pesca responsable y rechaza la práctica de cortar las aletas de tiburón por lo que, además de “condenar enérgicamente los hechos denunciados”, adelantó que, “de comprobarse la participación de embarcaciones de bandera nacional, aplicará la ley como corresponda.

La consejera presidencial colombiana de asuntos ambientales, Sandra Bessudo, denunció que una decena de pesqueros, al parecer con bandera costarricense, cortaron las aletas de unos 2.000 tiburones y arrojaron los cuerpos al mar.

El director del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), Antonio Porras, dijo a la AFP que están a la espera de un informe oficial de las autoridades colombianas y explicó que luego de recibirlo, decidirán las medidas administrativas a tomar.

“Se abriría un expediente para cada embarcación y se podría llegar hasta la pérdida de la licencia. Todo dependerá de la gravedad de los hechos y el sustento de la denuncia con pruebas que haga Colombia”, agregó.

“El combate a la pesca ilegal es un proceso que se debe fortalecer más, con más intercambio de información entre los países y el uso de más recursos como la “lista negra” que mantiene la Comisión Interamericana del Atún Tropical”, apuntó Porras.

El funcionario admitió que es posible que los barcos se hayan trasladado a esas zonas al no encontrar pesca en las aguas sin restricción, un problema que causa debate en Costa Rica, donde ambientalistas acusan al Incopesca de incluso promover el corte de las aletas de los tiburones al no aplicar con rigor la ley.

Las aletas de tiburón son el insumo para una costosa sopa que se vende especialmente en los mercados asiáticos, y el costo de un kilo de ese producto oscila entre los 20 y los 40 dólares en Colombia o Panamá.