Diecisiete años después, “El rey león” vuelve este viernes en tres dimensiones a las pantallas norteamericanas, para ofrecer a la nueva generación una simplicidad y un modernismo lejanos a la animación actual, que desborda de personajes y complicaciones en la trama.

La historia de “El rey león” -que se estrenó en 1994 y se convirtió rápidamente en el dibujo animado más lucrativo de todos los tiempos, hasta que “Toy Story 3″ le quitó la corona en 2010- luce hoy en día como más bien simple, con sus largos planos de paisajes, su ritmo pausado y la audacia de su guión.

“Esto puede parecer extraño, pero hay un elemento modernista en la película”, dijo a la AFP el productor del filme de los estudios Disney, Don Hahn.

“Esto consiste en retirar todos los detalles para detenerse en una idea muy simple. Por mi parte opino que las mejores películas, y no sólo las de Disney, dicen cosas simples”, añadió.

La historia de “El rey león” es límpida. “Es un chico, Simba, que huye porque piensa que mató a su padre, crece en la jungla y luego vuelve entre los suyos para reclamar su reino. Punto”, señaló Hahn.

“A veces, la complejidad de una historia ahoga a los personas y eso se vuelve difícil de seguir”, considera Hahn, quien trabaja actualmente en el último filme de Tim Burton, “Frankenweenie”.

“Pienso que hay una cierta elegancia en la narración de ‘El rey león’, como podía haberla en ‘Bambi’, por ejemplo”, observó.

Esta película, apogeo de la segunda edad de oro de los estudios Disney, que sacó en esa época “La Sirenita”, “La bella y la bestia” y “Aladino”, no obtuvo no obstante todo el apoyo del estudio durante su desarrollo.

Por ejemplo muchos de los animadores prefirieron trabajar para “Pocahontas”, que se estaba produciendo al mismo tiempo y en la que Disney apostaba mucho. El equipo de “El rey león” se benefició por ello de una relativa libertad artística, que fue luego recompensada por dos premios Oscar, uno de ellos para las canciones del británico Elton John.

Entre las audacias de la película (la última que hizo Disney completamente a mano, antes de la supremacía digital) figura en particular la descripción explícita, por primera vez, de la muerte de un personaje “agradable”: el padre de Simba. La mamá de Bambi, 52 años antes, murió fuera de plano.

El filme también se caracteriza por su ausencia total de referencia a los humanos y sus largos planos de paisajes, inspirados en panoramas keniatas.

“Realmente queríamos que África fuera un personaje en la película”, destacó Don Hahn. “Miramos muchas cintas de David Lean, como ‘Lawrence de Arabia’, donde los paisajes son verdaderos personajes”.

A su modo de ver, el advenimiento de la técnica digital cambió enormemente el ritmo de las películas. “Cuando puedes editar un largometraje en una máquina que te permite hacer todos los cambios que quieras, es inevitable, el ritmo se acelera. Y hoy en día, nuestros ojos están habituados a absorber muchas más imágenes que hace veinte años”, dijo.”Pero mis cineastas preferidos, los que a mi juicio son los más grandes, son los que te dan tiempo de respirar”, precisó.

Hahn se dijo admirador de la obra del japonés Hayao Miyazaki y del filme animado “L’illusionniste”, del francés Sylvain Chomet.

“El peligro con las películas hollywoodenses es que deben absolutamente convertirse en un gran acontecimiento, ser enormes, vender muchos juguetes e impresionar. Lo puedo entender, porque es una industria y son películas caras de producir”, dijo. “Pero las películas también deben conmover y no es fácil que reúnan todo eso”, añadió.