Al Qaida es hoy más débil que hace diez años, cuando tuvieron lugar los atentados en Estados Unidos, estiman expertos y dirigentes occidentales, pero grupos armados islamistas vinculados con la red o incluso kamikazes aislados pueden seguir perpetrando ataques de ese tipo.

Tras anunciar la muerte de Osama Bin Laden en mayo pasado, algunos dirigentes estadounidenses pronosticaron el declive de la red creada a fines de 1980, pero otros expresaron un punto de vista diferente.

“El núcleo central de Al Qaida está contra las cuerdas. Nunca estuvieron tan débiles como ahora”, estimó el ex director del Centro Nacional de Antiterrorismo (NCTC en inglés) estadounidense, Michael Leiter, nombrado durante el mandato presidencial de George Bush (2001-2009) y confirmado en el actual mandato de Barack Obama.

El nuevo líder de Al Qaida, Ayman al Zawahiri, quien sustituyó a Bin Laden tras su muerte, viene multiplicando las declaraciones en internet, pero no tiene el carisma de su predecesor, según varios analistas.

“Sólo la rama yemení de la red, Al Qaida para la Península Arábiga reconoció explícitamente su función, mientras que la rama iraquí y Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI) se limitaron a saludar su nombramiento por intermedio de uno de sus voceros”, estimó Jean-Pierre Filiu, profesor asociado en el Instituto de Ciencias Políticas de París y autor de “La véritable histoire d’Al-Qaida” (La verdadera historia de Al Qaida).

“Esto demuestra que persisten tensiones muy fuertes en el movimiento yihadista (…) entre por un lado los egipcios, o incluso los yemeníes, y por otro lado los iraquíes y los magrebíes”, agregó.

No obstante, pese al débil control central de la red, las distintas organizaciones que reconocían a Bin Laden siguen estando en condiciones de realizar acciones armadas.

Así, en Yemen, “sus jefes pueden sentirse seguros. Lo único que los puede llegar a amenazar es un disparo de cohete de un avión no tripulado estadounidense”, estimó Dominique Thomas, de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) de París.

En Irak, los miembros del “Estado Islámico de Irak” han sufrido derrotas, pero también han logrado cometer el lunes una serie de atentados que dejaron 74 muertos y AQMI sigue operando en el desierto, secuestrando a occidentales y pidiendo rescate por liberarlos, o atacando militares o policías locales, si bien no han logrado extenderse fuera de su zona de acción habitual.

“La amenaza cambió. No tiene las mismas proporciones que en septiembre del 2001, pero no se necesita llegar a tanto para provocar un impacto enorme en un país o un efecto geopolítico”, estimó Leiter.

“Miren la tragedia en Noruega y lo que va a causar en Europa. Pequeños acontecimientos pueden tener un impacto estratégico”, puntualizó, aludiendo al doble ataque que dejó 77 muertos el pasado 22 de julio, muchos de ellos jóvenes laboristas.

Por su parte, Obama explicó el martes que teme más un atentado de un solitario que uno llevado a cabo de manera “masiva” y “organizada”, como el 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.