Las fuertes lluvias que azotan a Colombia han causado en lo que va de abril la muerte de 49 personas y afectado a otras 19 mil 278, mientras que en Bogotá debió declararse la aleta amarilla, informaron autoridades este viernes.

El hecho más grave, que dejó 16 muertos y 4 desaparecidos, se produjo el miércoles cuando una avalancha arrastró un autobús que se desplazaba por la carretera que de Bogotá conduce a Manizales (280 kms al oeste de la capital).

El balance oficial indica que en total 11 personas están desaparecidas por hechos causados por las precipitaciones, que recrudecieron desde el inicio de abril, luego de las lluvias que casi no dieron tregua durante 2010.

En el último año, las lluvias han causado 398 muertos y afectado a 2,8 millones personas, de acuerdo con el balance de la estatal Dirección Nacional de Gestión de Riesgo, entregado a la AFP.

Ante el recrudecimiento de las lluvias, este viernes el alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, debió declarar la alerta amarilla en la capital, habitada por más de 7 millones de personas.

Moreno dijo en conferencia de prensa que la decisión se tomó “después de revisar el nivel de precipitación, especialmente en las últimas horas y teniendo en cuenta el alto nivel del río Bogo”, y pidió especial atención a los habitantes que se ubican en las laderas de la montañas que rodean la ciudad.

En esas zonas proliferan las barriadas humildes, a donde ha llegado principalmente población desplazada por el conflicto armado del país.

Estos sectores son especialmente vulnerables a las fuertes lluvias por los derrumbes de tierra que producen, tal como ocurrió el pasado domingo cuando cuatro personas murieron en una humilde barriada de las afueras de la ciudad de Medellín (400 km al noroeste de Bogotá).

De acuerdo con el Instituto de hidrología, meteorología y estudios ambientales (Ideam), la costa Pacífica, la zona central, la región amazónica y la costa Caribe, se verán más afectadas por la primera temporada de lluvias del año. La segunda debe comenzar en octubre.

Las fuertes lluvias que azotaron al país en 2010 y que obligaron al final del año al gobierno del presidente Juan Manuel Santos a declarar el estado de emergencia social y económica para adoptar medidas expeditas, causaron pérdidas estimadas en más de 5.000 millones de dólares.