El jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, es esperado este miércoles en Lampedusa, para presenciar la evacuación de unos 6.000 inmigrantes, la mayoría tunecinos, que han llegado a la pequeña isla y se hallan en condiciones insalubres.

“La situación en la isla se resolverá” el miércoles, dijo el ministro de Interior Roberto Maroni.

Berlusconi, que presidió el martes por la noche en Roma una reunión de emergencia sobre la inmigración, iba a anunciar “medidas de resarcimiento” para Lampedusa, que vive esencialmente del turismo.

Cinco navíos con capacidad para varios miles de pasajeros tenían previsto llegar a esta isla de 20 km2 situada a medio camino de Túnez y Sicilia para trasladar a los indocumentados hacia centros de acogida en el sur del país.

La cohabitación entre los 6.000 inmigrantes y los 5.000 habitantes fue calificada de “absolutamente insostenible” por la portavoz para Italia del Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (HCR), Laura Boldrini.

Desde la caída del presidente tunecino Zine El Abidine Ben Ali a mediados de enero, más de 18.000 migrantes han llegado a Lampedusa, frente a los cerca de 4.000 que lo hicieron en todo el 2010.