Un soldado estadounidense se declaró culpable el miércoles ante una corte marcial de los asesinatos de tres civiles afganos, ejecutados por mero placer con la presunta complicidad de otros cuatro soldados de su batallón durante una misión en Afganistán.

El cabo de primera Jeremy Morlock es el primero de cinco soldados de la brigada de combate Stryker de la Bravo Company en ser juzgado por los asesinatos de estos civiles. Será también testigo clave de la parte acusadora en el juicio de los otros cuatro soldados, en particular del presunto líder, el sargento Calvin R. Gibbs.

Durante su juicio ante la corte marcial en la base militar Lewis-McChord cerca de Seattle (estado de Washington, noroeste de Estados Unidos), Jeremy Morlock admitió el miércoles que asesinó o ayudó a asesinar a tres hombres durante su misión en la provincia de Kandahar (sur) y haberles colocado luego armas afganas para hacerlos pasar por combatientes enemigos.

Preguntado acerca de si los disparos pudieron realizarse involuntariamente, Jeremy Morlock respondió sin dudar: “Nuestro objetivo era matar”.

El militar suministró detalles sobre el primer asesinato: cuando patrullaba con otro soldado, un afgano se dirigió hacia ellos. Entonces los dos se ocultaron detrás de una pared y Jeremy Morlock le quitó el seguro a una granada para hacer creer que el afgano la había lanzado. Su colega disparó entonces contra el afgano, siguiendo un escenario que aparentara que había sido en legítima defensa.

Además de asesinato, Jeremy Morlock y sus compañeros de armas están acusados de haberse quedado con “trofeos de recuerdo” de sus víctimas, como osamentas, y de haber consumido hachís. También habrían dado una paliza a un soldado que había denunciado sus acciones a su superior jerárquico.

Según el reglamento de la corte marcial, la decisión de Morlock de declararse culpable acelerará el procedimiento para pasar directamente a la segunda fase del juicio, tras la cual se dictará la pena.