Científicos creen que las reservas de minerales que posee la luna podrían representar un material indispensable para nuestro futuro planetario. Esta es una excelente noticia, ya que precisamente esos materiales son los ingredientes fundamentales para elaborar los artículos tecnológicos que utilizamos día a día y en cada momento en nuestra sociedad moderna. Así lo consigna el portal Generacción.
NASA
Nuestro satélite natural continúa siendo motivo de interés científico, y estudiarlo, lejos de ser una pérdida de tiempo y dinero como muchos consideran, hoy podría convertirse en una importante inversión. ¿Por qué? Posiblemente nuestro futuro tecnológico dependerá en gran medida de la exploración y explotación de la luna.
Lo anterior te lo explicamos a continuación. Tal vez no lo sabías, pero dentro de todos los objetos tecnológicos que a diario utilizamos y que se han vuelto parte importante de nuestras vidas, como los teléfonos celulares, computadores, relojes, automóviles híbridos, y por supuesto las debutantes I- Pad que todos quisieran tener, existe un montón de microcomponentes fabricados en base a materiales, cuyas reservas en nuestro planeta, distan de ser eternas.
Casi todos estos materiales básicos para la elaboración de aquellos artículos que nos hacen la vida más interesante y práctica, como el europio y el tantalio, pertenecen a un grupo de elementos denominados “tierras raras”, o REE por su sigla en ingles (Rare Earth Elements), cuyos ingredientes tienen en común varias características.
Entre ellas, que todos se componen de una mezcla de óxidos e hidróxidos de los elementos del bloque “F” de la tabla periódica, además poseen radios iónicos muy similares y muestran comportamientos químicos lo suficientemente parecidos para que su separación sea muy difícil.
Quienes investigan la luna piensan que a medida que nuestra tecnología avance, estos materiales serán cada vez más necesarios, y en la Tierra no abundan los lugares donde se pueden extraer.
La buena noticia para nuestros descendientes es que ¡la luna los posee! Aún no hay claridad sobre en qué cantidad están estos materiales en nuestro satélite, pero sí se tiene certeza, gracias a las últimas misiones enviadas, de que hay restos de europio y tantalio en su superficie.
Estados Unidos es el principal explorador lunar, y Obama ordenó dejar de lado estas misiones, pues muchos lo consideraban malgastar el dinero de los contribuyentes. Sin embargo, un estudio recientemente encargado por un órgano del Congreso concluyó que el país que suministra la mayor cantidad de estos codiciados minerales a todo el mundo es China.
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¿Cuál es el problema entonces? Que este mismo informe declara que el gobierno chino se ha percatado de que sus propias demandas industriales podrían llevarlo a dejar de exportar ¡en los próximos 5 o 10 años!
No es necesario especificar el problema que esta carencia acarriaría en nuestra sociedad moderna y dependiente de la tecnología. Incluso Japón ya siente los efectos de una disminución en las exportaciones de los REE por parte de China.
¿Y en la Tierra?
Es cierto que probablemente existan reservas de estas tierras raras en la Tierra, que aún no hayan sido descubiertas. Pero aún cuando las encontremos y explotemos, algún día se agotarán, y esto ocurrirá más temprano que tarde, ya que la demanda será cada vez más alta con la creación y masificación de nuevos artículos en base a estos elementos.
Suena bastante bonito decir que irémos a buscar europio y tantalio a la luna, pero evidentemente no es algo muy sencillo. De partida, habría que enviar nuevamente un vehículo tripulado, y ante esta posibilidad hay bastante debate. Sin embargo, el tiempo se agota, y si se pretende poseer tantalio lunar dentro de las próximas 3 décadas, los trabajos tendrían que iniciarse ahora.
Probablemente no exista otra alternativa, si queremos mantener nuestro estilo de vida actual. ¡Imagínense cuánto necesitaremos estos elementos dentro de 50 años! Si seguimos así, la luna se convierte en la mejor opción, y ningún esfuerzo es demasiado cuando se trata de obtener lo que se ha vuelto indispensable.
