Quienes pensaron que la filtración del último iPhone 4G a través de Internet era una farsa, al parecer no podrían estar más lejos de la verdad. Esto, pues la justicia californiana ordenó la incautación de varios dispositivos electrónicos desde el hogar del editor de Gizmodo, medio que publicó la exclusiva.

Imagen: telegraph.co.uk

Hace una semana, el editor del sitio de tecnología Gizmodo, Jason Chen, estaba en la cúspide de la popularidad geek luego de divulgar detalles del último smartphone de Apple, el iPhone 4G, sobre el cual informamos oportunamente en La Radio.

Sin embargo, manejar esta información privilegiada puso en jaque la seguridad de su hogar luego de que miembros de R.E.A.C.T. (Rapid Enforcement Allied Computer Team) en California ingresaran a su domicilio validando la acción con una orden emitida por una corte superior bajo la sospecha de que dicha propiedad era usada “como medio para cometer un delito”. De este modo, los miembros del grupo incautaron 4 computadores y dos servidores, además de cámaras y un iPhone mientras Chen estaba fuera de su domicilio.

Desde la vereda de Gizmodo, los aludidos reclaman que la acción de R.E.A.C.T. fue ilegal ya que, además de producirse de noche, violó el escudo legal estadounidense que protege a los periodistas y sus fuentes.

Pero ¿cómo se llegó a estas circunstancias? Todo partió cuando Gizmodo compró el smartphone en cuestión a manos de un individuo que lo encontró botado luego de que el ingeniero de Apple, Gray Powell, lo olvidara en un bar de Redwood City, en California.

Por un precio de 5 mil dólares (2 millones 600 mil pesos chilenos), el sitio web publicó la gran exclusiva en fotos y videos de las características del dispositivo, el cual será lanzado al mercado el próximo mes de junio según informó The Telegraph.

La orden policial especificaba que desde la propiedad se debería incautar cualquier información sobre el prototipo de teléfono, su venta a Gizmodo y cualquier investigación llevada a cabo sobre Powell, quien perdió el teléfono.

Además, la orden también describe que el teléfono fue “robado” en vez de encontrado y vendido, lo que supone que el individuo que vendió el teléfono a Gizmodo es sospechoso de haber infringido las leyes criminales y civiles del estado de California sobre el hecho de recibir bienes robados.

Finalmente, Gaby Darbyshire, representante de Gawker Media (dueños de Gizmodo), escribió a la policía diciendo que ellos estaban operando fuera de la ley y, por ende, debieran devolverles los artículos incautados. Lo anterior enreda aún más esta historia aunque, para beneficio de Apple, deja más expectantes a los miles de fans y usuarios de su celular estrella.