Con quemaduras en su cuello, espalda y glúteos resultó un cabo segundo de Carabineros durante una ceremonia de “bautizo” tras un curso de instrucción de Fuerzas Especiales.
El gobierno solicitó explicaciones por este “rito de iniciación” donde estaba presente el tercer hombre al mando de la unidad.
A 2 días de la celebración de la pasada navidad, un grupo de 24 Carabineros, entre ellos el cabo segundo Blas Herrera, concluía un curso de instrucción de Fuerzas Especiales en un predio de la institución de Curacaví.
Hasta el lugar, llegó comandante Francisco Letelier, tercer hombre al mando de la unidad, que luego de felicitar al grupo los instó a seguir trabajando y de paso les indicó que serían “bautizados”, como era la tradición.
En minutos apareció en escena un carro lanza aguas y el oficial ordenó al grupo asumir posición de combate y resistir, sin ninguna protección, los embates del cañón de agua del vehículo.
Minutos después y en instantes que los alumnos abordaban el bus comenzaron a presentar molestias en sus ojos y parte del cuerpo, situación que fue evaluada en terreno por el propio comandante Francisco Letelier.
Sin embargo, el cabo segundo Blas Herrera insistió en sus molestias y tras darse una ducha detectó que parte de su piel en el cuello se había desprendido y que presentaba irritación en la espalda y en los glúteos.
Pese a que sus heridas fueron curadas en el Hospital de Carabineros el uniformado optó por una segunda opinión médica, esta vez en Coaniquem, donde le detectaron heridas por quemaduras por sustancias químicas.
El uniformado exigió que la institución le reembolsara parte del gasto médico particular e iniciara una investigación y presentó una denuncia ante la Fiscalía Militar por la negativa de ambas peticiones, acción que fue patrocinada por el abogado Alfredo Morgado.
Frente a esto el ministro del Interior subrogante, Patricio Rosende, calificó de grave el hecho y exigió un informe detallado a Carabineros.
Por su parte, el jefe de Fuerzas Especiales, coronel Jorge Fernández, recalcó que ya existe un sumario en curso y a la vez que descartó que hechos como éstos puedan repetirse en una manifestación real con el uso de estos disuasivos químicos.
La investigación quedó en manos de la fiscal militar Macarena González, quien tomó la declaración al denunciante y al oficial Francisco Letelier por cerca de 4 horas, tras lo cual ambos se retiraron sin pronunciarse sobre el caso.