Los presidentes estadounidense Barack Obama y chino Hu Jintao prometieron este martes cooperar en asuntos que van desde Corea del Norte a Irán pasando por el comercio y, sobre todo, para alcanzar un “éxito” de la conferencia del Clima en Copenhague.

Un día después de su encuentro con estudiantes universitarios en Shanghai, el mandatario norteamericano inició el martes en Pekín la parte política de su primera visita a China.

Tras su reunión con Hu, los dos jefes de Estado dieron una conferencia de prensa conjunta en Pekín, sin responder a preguntas y leyendo declaraciones escritas.

Ambos presidentes se comprometieron a esforzarse para mantener “relaciones positivas, globales y de cooperación”, aunque señalaron sus diferencias muy diplomáticamente.

Obama dijo que Estados Unidos y China desean que la conferencia internacional sobre el clima, prevista el mes próximo en Copenhague, llegue a un acuerdo con “efecto inmediato”.

Después de señalar “progresos” en esta cuestión en sus conversaciones con el presidente Hu, Obama declaró que “sin los esfuerzos a la vez de China y de Estados Unidos, los mayores consumidores y productores de energía, no puede haber soluciones”.

“Hemos acordado trabajar juntos para lograr un éxito en Copenhague. Nuestro objetivo (…) no es un acuerdo parcial ni una declaración política, sino más bien un acuerdo que cubra todas las cuestiones en las negociaciones y que tenga un efecto inmediato”, agregó.

China y Estados Unidos son los mayores contaminadores del planeta y numerosos países desean iniciativas de estas dos grandes potencias económicas en la Conferencia sobre el Clima, prevista del 7 al 18 de diciembre en Copenhague.

Muchos países esperan antes de Copenhague iniciativas por parte de Estados Unidos y China, y algunos temen que decepcionen a la comunidad internacional a pesar de sus responsabilidades.

Sin embargo, sus declaraciones muestran matices entre las dos grandes potencias, cada vez más interdependientes económicamente y cuyo peso es crucial en las grandes crisis mundiales.

El presidente chino dijo que los dos países debían “oponerse al proteccionismo y rechazarlo en todas sus manifestaciones”.

A nivel comercial, las relaciones bilaterales son tensas en los últimos meses, con una serie de investigaciones antidumping lanzadas por ambas partes, o arancelarias, como las decididas por Estados Unidos contra los neumáticos chinos.

En lo que respecta al yuan, otro tema de fricción, Obama manifestó su satisfacción ante “las declaraciones realizadas” por China en favor de una tasa cambiaria más guiada por el mercado “cuando llegue el momento”.

El programa nuclear iraní fue otro de los temas que trataron ambos mandatarios.

Estados Unidos y China advirtieron a Irán que deberá asumir “las consecuencias” de un bloqueo en la negociación sobre su programa nuclear, declaró Obama.

“Nos hemos puesto de acuerdo en que la República Islámica de Irán debe dar garantías a la comunidad internacional de que su programa nuclear es pacífico y transparente”, dijo Obama a la prensa.

“Irán tiene la oportunidad de presentar y demostrar que sus intenciones son pacíficas, pero si no aprovecha esta oportunidad, habrá consecuencias”, advirtió Obama.

China siempre se ha mostrado muy reticente a las sanciones contra Irán, y hasta ahora ha tratado de dar la prioridad a la diplomacia.

Sin embargo, en un comunicado conjunto publicado el martes, China y Estados Unidos señalaron “su preocupación ante los últimos acontecimientos relativos al (programa) nuclear iraní”.

Finalmente, en cuanto al Tíbet, otro tema de tensión sino-estadounidense, el presidente norteamericano declaró a su homólogo chino que es favorable a una rápida reanudación de las discusiones entre Pekín y representantes del Dalai Lama, el jefe espiritual de los tibetanos, indicó este martes un alto responsable americano.

“Hemos señalado que Estados Unidos reconoce que Tíbet forma parte de la República Popular de China y apoya una pronta reanudación del diálogo” entre representantes del Dalai Lama y Pekín, declaró Obama.

Más tarde, en un frío glacial, Obama visitó la vecina Ciudad Prohibida, la antigua residencia imperial, cerrada a los turistas en esta ocasión, antes de un banquete de Estado ofrecido por Hu Jintao.