Steve Jobs, el fallecido co-fundador de Apple, tuvo una vida marcada en decisiones tomadas más por la intuición que por la razón, y mucho de eso tiene que ver una pregunta que vio en su juventud.

Lo relató en un discurso que cautivó a cientos de graduados de la Universidad de Standford en 2005, donde recordó cómo a sus 17 años leyó una pregunta que cambió su forma de ver la vida, cambiándosela completamente.

“Cuando tenía 17, leí una cita que decía algo así: ‘Si vives cada día como si fuera el último, es probable que algún día tengas razón"”, rememoró. Aquello lo dejó pensando y viendo cómo podía transformarlo en una actitud de vida.

Así fue como se planteó una pregunta que diariamente se hacía para saber si estaba en lo que quería en su vida. “Me marcó, y desde entonces, durante los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: ‘Si hoy fuese el último día de mi vida, ¿querría hacer lo que voy a hacer hoy?"”.

“Si la respuesta era ‘No’ durante demasiados días seguidos, sabía que necesitaba cambiar algo”, señaló.

En su trabajo y en su vida privada, Jobs se hacía la pregunta, la que sirvió para conocer a una persona especial.

Un día, dando una charla en la universidad, vio a una chica que de inmediato el gustó. Inmediatamente pensó en invitarla a salir, pero recordó que tenía una entrevista de pregunta.

Fue así como se preguntó la duda que lo marcó: “¿Que haría si hoy fuera el último día de mi vida?”. Entonces, acudió a ella y la invitó. Tiempo después esa joven, de nombre Laurene Powell, se convertiría en su esposa.

Steve Jobs junto a Laurene Powell.
Steve Jobs junto a Laurene Powell.