“Mi familia es todo y discúlpenme por haberles fallado” es el comienzo del discurso de un destacado estudiante de Castro, quien logró terminar el cuarto medio con promedio 7.0 y quien ahora se irá a estudiar a la universidad gracias a su puntaje en la PSU.

Y aunque suena extraño que un alumno con esos antecedentes académicos se disculpe con su familia, todo se entiende con un gran detalle: el sobresaliente pupilo es un interno de la cárcel de Castro.

Su licenciatura comenzó a las 13:30 horas de este jueves en donde ya se podía ver que sería una ceremonia especial.

“No me importa por qué estás condenado joven (…) lo importante es que finalizaste la educación media y lograste un excelente puntaje en la PSU”. Con esas palabras el director de la escuela para adultos del Centro de Detención Preventiva de la capital chilota, José Rodríguez, felicitaba a Marcos Díaz de 21 años.

“Tu familia te ha acompañado y se ve que son personas de sacrificio”, finalizó el docente, palabras dirigidas a este joven, hijo de una madre manipuladora de alimentos y un padre pescador.

Vestido “de punta en blanco”, Marcos se dirigió al escenario. “Agradezco a mi profesor jefe, al director, al asistente social, a mi familia que está acá conmigo. Mi familia es todo y discúlpenme por haberles fallado” fueron las últimas palabras que alcanzó a decir antes de explotar en llanto. Tal vez por la pena de pensar que su familia podría estar desilusionada por su actuar anterior, tal vez por la emoción de su logro académico.

Lo único seguro es que este joven ahora se irá a estudiar a la universidad en Osorno y quien, a pesar de haber delinquido, con su calificación destacable es un ejemplo.