El ingeniero comercial, Ricardo Salazar Cabrera, volvió a referirse sobre de su sorpresiva salida desde el principal centro asistencial del archipiélago de Chiloé, el Hospital de Castro.

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El profesional, oriundo de Concepción, descartó que su desvinculación haya sido gatillada por el caso de la niña de 13 años que no se le practicó el aborto, sin embargo, hizo un mea culpa por lo que vivió la familia de Marcela Maldonado, de 48 años, a quien le negaron la donación de órganos por estar “lejos de Santiago”.

La directora del Servicio de Salud Chiloé, Marcela Cárcamo, rechazó que el caso de la menor, donde se evidenciaron falencias en la implementación de la reciente Ley de Aborto en tres causales, fuera el motivo para el despido, insistiendo en que sólo obedece a evaluación de metas.

La presidenta de la Fenats Unitaria del hospital castreño, Janira González, pidió que la señal entregada por la autoridades de Salud permita hacer mejoras en la atención y en el trato hacia los funcionarios.