La madrugada del martes 8 de noviembre, un sismo de magnitud 5.9 se registró a 65 kilómetros al oeste de Concepción, despertando a gran parte de los habitantes de la región del Bío Bío.

A este movimiento telúrico lo siguieron nueve réplicas de magnitud 3 hasta 5.1. Destaca el hecho de que todos los sismos ocurrieron en la zona de ruptura del terremoto del 27 de febrero de 2010.

Un informe del Centro Sismológico Nacional, indica que a pesar de que éste se registró hace más de 6 años, lo más probable es que el sismo del martes sea parte del reajuste de tensiones en la zona, el que, por cierto, está en un proceso de transición hacia la sismicidad habitual, como aquella que ocurre de manera previa al terremoto de 2010.

De acuerdo al director del CSN, Sergio Barrientos, es muy probable que en las próximas horas se registren más sismos en la misma zona, especialmente instrumentales, y que más adelante sigan ocurriendo movimientos como el de la madrugada del martes, quizá incluso algunos de mayor tamaño, pero es muy poco probable la ocurrencia -en la misma región- de un sismo de la magnitud reportada en 2010.

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Según explica Barrientos, de acuerdo a leyes de escalamiento simples, un sismo de magnitud 6 ocurre sobre una falla de unos 16 kilómetros de longitud por 5 km de ancho con un desplazamiento medio del orden de 1/3 de m. Es decir, la falla que se activa tiene dimensiones mucho menores que el sismo del 27 de febrero, que alcanzó cerca de 400 km de longitud de ruptura.

El experto agrega que interpretaciones preliminares indican que el mecanismo de foco o la geometría de falla es totalmente consistente con un sismo de subducción, que ocurre a lo largo de la zona de contacto entre las placas de Nazca y Sudamericana, tal como la profundidad a la cual se produjo.

A continuación, la figura muestra la situación de los sismos ocurridos el martes (círculos de color azul), en relación a la sismicidad de la región, a partir de 2010 hasta el presente. Como se puede apreciar, estos se ubican en la zona de réplicas del terremoto de 2010.

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En la imagen de la izquierda, se expone la sismicidad ocurrida el 8 de noviembre de 2016 (círculos azules) está superpuesta a las réplicas (círculos de color amarillo) del sismo del 27 de febrero de 2010 en la zona central de Chile.

El epicentro del sismo de febrero se destaca con una estrella de color rojo y los de magnitud mayor o igual a 5 en color naranjo.

En tanto, el panel inferior derecho muestra la misma actividad sísmica en función de la latitud y del tiempo, en años; el presente en el extremo derecho.

La mayor parte de la actividad sísmica que se puede observar en ambas figuras, corresponde a aquella ubicada en el contacto entre las placas de Nazca y Sudamericana. La excepción son aquellos sismos ubicados en las cercanías de la localidad de Pichilemu, que ocurren principalmente en el interior de la placa Sudamericana, a profundidades menores de 20 km.