Combatientes del grupo Estado Islámico (EI) entraron el sábado en la histórica ciudad de Palmira, en Siria, país en el que las fuerzas especiales estadounidenses mataron a uno de sus responsables en una poco frecuente operación terrestre.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) aseguró que el EI se había hecho “con el control de la mayor parte del norte de Palmira”, clasificado como Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco, tras violentos combates con el ejército sirio.

En su avance, el EI ejecutó en las últimas 48 horas a casi medio centenar de civiles, según el OSDH.

Más al este, Estados Unidos anunció que sus fuerzas especiales habían matado el viernes a un alto responsable del grupo yihadista y capturado a su esposa, la primera operación de este tipo hecha pública por Washington.

Según el Pentágono, el dirigente del EI ayudaba directamente con las operaciones militares del grupo y en el tráfico de petróleo.

“Las fuerzas estadounidenses con base en Irak realizaron un operativo en el este de Siria para capturar a un alto mando del EI conocido como Abu Sayyaf y a su esposa Umm Sayyaf”, anunció el sábado la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) estadounidense, Bernadette Meehan.

Durante el operativo terrestre, el primero contra el EI que Estados Unidos reivindica explícitamente, Abu Sayyaf murió “al enfrentarse con las fuerzas estadounidenses”, agregó.

“Bofetada al Estado Islámico”

La incursión “permitió liberar a una joven yazadí (minoría de lengua kurda) que parecía ser esclava de la pareja”, según Washington.

Al Omar, situado en la provincia petrolera de Deir Ezzor, controlada en gran parte por el grupo extremista, es uno de los mayores campos petrolíferos de Siria. El EI se ha apoderado de la mayoría de campos petrolíferos y de gas del este sirio, pero los bombardeos de la coalición dificultan en parte su aprovechamiento como recurso financiero.

Una operación con “tropas sobre el terreno” es un recurso poco habitual por parte de Estados Unidos, que combate al EI con bombardeos desde el aire tanto en Siria como en Irak.

En 2014, otro comando intentó salvar al periodista estadounidense James Foley, en manos del EI en Siria, pero la intervención fracasó y Foley fue ejecutado.

Para el secretario de Defensa estadounidense Ashton Carter, la operación en Al Omar constituye “una nueva bofetada al EI”.

Pocas horas antes del anuncio, no obstante, el grupo yihadista había hecho una demostración de fuerza frente al ejército sirio entrando en el norte de Palmira.

La ciudad tiene una importancia estratégica para los insurgentes, ya que su conquista abriría el camino hacia el desierto sirio, limítrofe con la provincia iraquí de Al Anbar.

En su avance hacia Palmira, el grupo extremista ejecutó a decenas de civiles en las últimas 48 horas, al menos 49, incluidos niños, según el OSDH.

Helicóptero sirio derribado

En Irak, el gobierno envió refuerzos para intentar evitar que el grupo EI conquistase totalmente Ramadi, en un momento en que los yihadistas estrechan el cerco en torno a las últimas posiciones del ejército regular en esta ciudad, capital de la provincia de Al Anbar.

En el noroeste de Siria, al menos 48 civiles, entre ellos nueve niños, murieron en bombardeos aéreos del ejército sirio en tres ciudades de la provincia de Idleb controladas por fuerzas antirrégimen, según el OSDH.

El ejército de Bashar al Asad viene sufriendo una serie de reveses en esta provincia, sobre todo tras la caída de la capital homónima y de la ciudad de Jisr al Chughur, en manos de una coalición de grupos islamistas y yihadistas.

Por su parte, Turquía anunció que había derribado un helicóptero sirio que violaba su espacio aéreo, cerca de su frontera con la provincia de Idleb. La televisión oficial sirio lo desmintió diciendo que se trataba de un dron no tripulado.

El conflicto en Siria, que comenzó con manifestaciones pacíficas en 2011, ha dejado más de 220.000 muertos y provocado el desplazamiento de 3,9 millones de personas.