Durante las últimas semanas fueron muchos los jóvenes que debido a la apretada agenda estudiantil, por dejar el estudio a última hora, debieron sacrificar horas de su sueño para compensar la falta de estudio. Las consecuencias estaban a la vista: cansancio, sueño, insomnio y es que la verdad algunos parecían muertos en vida. Sin embargo, existe una consecuencia de la que pocos están conscientes: subir de peso.

Sí. La falta de sueño provoca desórdenes en el metabolismo, los que se traducen en un lamentable deposito de grasa abdominal, el que obviamente no es bienvenido. Antes de explicar porqué podríamos engordar, conozcamos cómo se regula nuestro apetito.

“Grelina” y “Leptina”: encargadas de comandar tu reloj nutricional

Durante el trascurso del día, hay dos hormonas que se encargan del proceso de satisfacción o deseo por querer comer. Estas son: grelina y leptina.

La primera, secretada en el estómago, está a cargo de hacer despertar aquella sensación por querer comer, teniendo sus niveles más altos justo antes de la ingesta de alimentos, mientras que la leptina es todo lo contrario. Ella tiene por función invitar a dejar de comer, además de ayudar al cuerpo a quemar más calorías.

Seguramente esto te ya te habrá dado la indicación correcta: para bajar de peso deberíamos tener un superavit de leptina y un déficit de grelina.

Para controlar la grelina lo aconsejable es comer lento, ya que sólo así los niveles de ésta podrán disminuir. En tanto, para aumentar los niveles de leptina lo ideal es optar por las grasas no saturadas (por ejemplo, pescados y vegetales), antes que las saturadas (carnes rojas).

Por último, es importante no abusar de la fructosa (cereales azucarados y panes se constituyen en base a este azucar). Esto porque la fructosa, además de no tener valor nutricional, impide que la leptina llegue al cerebro y de la señal de estar satisfecho, indica el doctor Salomón Jakubowicz en su éxito de ventas “Ni una dieta más“.

¿Qué relación tiene esto con el aumento de peso, producto del trasnoche?

El disminuir las horas de sueño afecta directamente la secreción de estas hormonas. Así los reveló un estudio, hecho por la Universidad de Chicago, el que posteriormente fue publicado por la revista Annals of Internal Medicine.

El experimento, que tenía por objetivo descubrir que sucedía en el organismo ante la falta de sueño, evidenció un aumento del 18% en la leptina y un aumento del 28% en los niveles de grelina, porcentaje que se traduce en un deseo por querer comer dulces, alimentos harinosos, comidas saladas y frutos secos.

Por lo tanto, la escasez de sueño genera señales inequívocas en el cerebro, las que se traducen en las ansias por querer comer más y más.

Lo que debes hacer

Es frecuente que los estudiantes, ante el escenario de estrés que significa la finalización de semestre, se prometan no volver a dejar tanta materia pendiente por revisar para los exámenes.

No obstante del dicho al hecho hay un largo trecho y, lamentablemente, el primero en sufrir las consecuencias son tus horas de sueño. Sabiendo esto debes tener cuidado, porque podrías no sólo subir de peso, sino también acostumbrar a tu organismo a dormir poco, pudiendo incluso padecer de insomnio.

Si te cuesta conciliar el sueño, aquí tienes algunas recomendaciones que te podrían servir.

1° No bebas cafeína. Muchos piensan que sólo el café se constituye en base a ella, sin embargo el té también la presenta. La cafeína permanece por más de 24 horas en el cuerpo.

2° Haz ejercicios. Esto es vital para atacar al insomnio, ya que el practicar algún deporte estimula la producción de hormonas tranquilizadoras.

3° Ten hábitos para comer. Debes enseñar a tu cuerpo cuando comer, para esto deberás esforzarte en dormir y despertarte siempre a la misma hora.

4° Dormir lo necesario. Hay quienes duermen de 5 a 6 horas y funcionan bien durante el día, pero hay otros que necesitan 8 e incluso 10 horas para poder responder adecuadamente. Conoce tu organismo y proporciónale el descanso que requiere.