La pornografía se ha convertido en un recurso muy utilizado, gracias a su fácil acceso y la gran variedad de sitios que existen en la web.

Si bien el consumo de este contenido es aceptado por algunas parejas, a largo plazo puede interpretarse como una forma de infidelidad. Esto debido a que generalmente se relaciona con la insatisfacción sexual, generando que las personas se alejan entre sí.

“Para algunas parejas, la pornografía puede estabilizar una vida sexual insatisfactoria, pero la investigación y la experiencia clínica, sugieren que al menos en su forma actual, generalmente no es buena para las personas o las relaciones, debido a cómo tiende a interferir con la intimidad y establecer expectativas con respecto a la sexualidad”, explica el doctor en psicología Grant Hilary Brenner, en una columna del sitio especializado Psychology Today.

En este contexto, el especialista destaca cuatro estudios recientes que describen cómo la pornografía afecta las relaciones:

1. Satisfacción sexual

El estudio de 2018, “Visualización de pornografía y la satisfacción sexual: un análisis cuadrático“, analizó una muestra de 1.500 adultos jóvenes, para entender cómo la “dosis” del consumo de este contenido, se correlaciona con su complacencia.

En general, los resultados reflejaron que una visualización más frecuente de pornografía, se asoció con una menor satisfacción sexual en su relación.

De este modo, la investigación reveló que para ciertos factores que incluían el género masculino, la satisfacción sexual comenzó a disminuir con el consumo este contenido varias veces al año.

“Estos hallazgos, aunque correlacionales, sugieren que incluso el consumo infrecuente de pornografía, tiene efectos negativos en ese aspecto“, explicó Brenner.

2. Falsa realidad

Un estudio de 2018 titulado “Consumiendo Éxtasis: Representaciones del orgasmo masculino y femenino en la pornografía“, revisó los 50 videos más populares del sitio Pornhub, para analizar actos sexuales específicos, centrándose en cómo se representaron los orgasmos, y si se llegó a ellos.

En este contexto, se evidenció que solo en un 18% de las imágenes, se mostró a las mujeres teniendo orgasmos, mientras que los hombres en un 78%.

De acuerdo a los investigadores, estos hallazgos sugieren varias razones por las cuales la pornografía puede provocar una disminución de la satisfacción sexual.

Este contenido sugiere que las mujeres rara vez experimentan orgasmos (…) Si la pornografía se toma como un ‘manual’ para el sexo, hace un mal trabajo, por decir lo menos”, reflexiona el psicólogo.

Por este motivo, cuando se intenta instruir a los espectadores sobre el placer sexual, las escenas son generalmente “inexactas” y probablemente conduzcan a la pareja a tener sexo de baja calidad, con orgasmos poco frecuentes.

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3. La soledad

“El uso de la pornografía engendra soledad y la soledad engendra el uso de la pornografía”, reflexiona el psicólogo, sobre el círculo vicioso que se genera con respecto a este contenido.

Así también lo plantea el estudio “Pornografía uso y soledad: un modelo bidireccional recursivo y una investigación piloto“, donde se encuestaron a 1,247 participantes de países angloparlantes, para desarrollar un modelo estadístico que relacionaba ambos conceptos.

En general, los autores encontraron que el consumo de pornografía se asoció significativamente con la soledad, la que a su vez, se vinculó con este tipo de contenido, sugiriendo una relación bidireccional entre ambas.

“De hecho, por cada ‘unidad’ de consumo de pornografía, la soledad aumentó significativamente en un factor de 0.20. Por cada unidad de soledad, el consumo de pornografía aumentó en un factor de 0.16″, detalla.

Además, investigaciones previas plantean que los espectadores son frecuentemente hombres solteros. “Una mayor religiosidad redujo el consumo de pornografía, y el nivel educativo más alto se asoció con una soledad reducida”, complementa.

Los autores discuten que el consumo este contenido, está asociado con la angustia en una relación, el apego interrumpido y la tensión en la unión con sus pares.

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4. Divorcio

Por otra parte, en el estudio “Un examen longitudinal del uso de la pornografía y el divorcio” (2018), se encuestó a 2,120 personas casadas. Los resultados reflejaron que en general, la posibilidad de divorcio se duplicó, luego que comenzaran a consumir pornografía durante el matrimonio.

“En toda la muestra, la tasa de divorcios fue del 6% para los usuarios que no usaron pornografía y del 11% ciento para los que sí lo consumieron“, explica el especialista.

Asimismo, los investigadores descubrieron que la asociación entre el uso de pornografía y el divorcio, era mucho mayor para los jóvenes.

La mitad de las personas de 20 años que comenzaron a usar pornografía durante el matrimonio, se divorciaron (frente al 6% que no comenzó a consumirla). El 28% de los de 30 años y el 12% de los de 40 años”, complementa.

Por otra parte, a la edad de 50 años, el uso de este contenido no afectó significativamente la tasa de divorcios.

Si bien este estudio es correlacional y no prueba que comenzar a consumir pornografía provoque la ruptura, sugiere que su uso, es al menos un indicador de problemas matrimoniales.