El consumo de pornografía ha incrementado en un 18,5 % en todo el mundo, según estadísticas de una de las principales webs de contenido para adultos en el mundo.

Sin embargo, abusar de este tipo de contenido puede terminar afectando tu salud. Así lo evidencian varios estudios sobre pornografía y problemas de disfunción eréctil.

Entre las razones de su potencial efecto dañino, se encuentra la “alteración perceptiva de la realidad”, o en otras palabras, la construcción de modelos inalcanzables, según destaca una investigación publicada en la revista Sexual and Relationship Therapy. De este modo, cuando se materializan las escenas sexuales en nuestra vida cotidiana, puede que no cumplan las expectativas.

El abuso de la pornografía y los problemas de erección

De acuerdo al mismo estudio, se reveló que el abuso de pornografía tiene asociado un mayor índice de problemas sexuales en los hombres, que en las mujeres.

En el caso de los varones, principalmente se producen cuadros de ansiedad que se traducen en dificultades para conseguir una erección, o incluso la disminución del deseo sexual, precisa una investigación de 2019, que analizó el trastorno del comportamiento sexual compulsivo.

Asimismo, el exceso de este tipo de películas o contenido, hace que el área del cerebro que mantiene el deseo sexual sano, se sature con material ficticio y provoque que no exista necesidad de mantener relaciones reales.

De este modo, llega un momento en el que la pornografía genera un estado de dependencia tan elevado, que algunos hombres necesitan esa estimulación visual para conseguir una erección óptima. En ocasiones su pareja “real” no es suficiente.

Esta situación genera nerviosismo y frustración en los hombres, además de graves problemas en la relación.

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Problemas físicos por abusar de la pornografía

“Se ha visto que la masturbación adictiva, a menudo acompañada por una dependencia de la pornografía, desempeña un papel en la etiología de ciertos tipos de disfunción eréctil o anejaculación coital“, precisa el estudio de 2016, Hábitos de masturbación masculina y disfunciones sexuales.

Si bien la masturbación (masculina o femenina) se considera un hábito sexual saludable, hay que estar alerta para que no se convierta en una adicción. Es en este plano, el consumo exagerado de material pornográfico tiene un alto impacto.

Las consecuencias pueden relacionarse con irritación, inflamación o traumatismos en los tejidos externos de los genitales. A largo plazo, esto puede generar consecuencias negativas relacionadas con la autoestima y autoimagen, a la hora de mantener relaciones sexuales con una pareja.

Problemas psicológicos

“La pornografía causa, directa o indirectamente, miles de desequilibrios emocionales y conductuales (…) Hay que tener en cuenta que lamentablemente no todos llegan hasta las consultas psicológicas y psiquiátricas, por miedo, vergüenza o desconocimiento de lo que les sucede”, detalla el Dr. Natalio Cruz, especialista en Medicina Sexual al sitio Huffington Post.

Como se mencionaba anteriormente, uno de los problemas principales en el plano psicológico, son las falsas expectativas que crea la pornografía en torno al sexo. Es así como esas creencias provocan decepciones en los encuentros de la vida real.

La longitud del pene, el tamaño de los labios genitales o la duración del coito que se muestra en esas escenas, son modelos inalcanzables que pueden producir frustración.

Según el especialista, cada vez son más los jóvenes que buscan ayuda especializada por problemas de disfunción erectil, tras descubrir que solo consiguen una erección en soledad, viendo material pornográfico.

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“Muchos chicos piensan que directamente ellos no están bien. Si su pene no mide 22 centímetros como ven en los videos pornográficos, entonces no serán capaces de satisfacer a su pareja sexual“, precisa el especialista.

“El problema proviene cuando la única fuente o el único modelo que tienen con respecto al sexo es el porno, ya que en sus casas existe una deficiente educación sexual. Al llegar el momento de las relaciones sexuales, su cerebro cortocircuita, y nos supone un trabajo de muchas sesiones desactivar estos impulsos de culpa o vergüenza”, añade sobre este fenómeno.

A largo plazo, estas frustraciones en al ámbito sexual, pueden desencadenar problemas de depresión crónica que afectarían relaciones humanas e interpersonales, como el desempeño en el terreno laboral, académico o social.

No obstante, debes tener en cuenta que al igual que cualquier conducta abusiva, se puede tratar y tienen solución, mediante sesiones de psicoterapia, hábitos de vida saludables, fortalecimiento de la autoestima y la confianza en uno mismo. “Lo principal, es recrear desde cero la mirada que tiene el paciente con respecto al sexo”, finaliza el experto.