Algunas personas son felices solas y eso está muy bien, pero otras anhelan estar en pareja y se preguntan por qué después de tanto tiempo no lo consiguen.

La verdad es que no hay ninguna fórmula mágica para encontrar compañía amorosa, sin embargo, muchas veces somos nosotros mismos los que saboteamos nuestras posibilidades.

A continuación indicamos al menos siete conductas que pueden estar tirando por la borda tus oportunidades de romance, recopiladas por el diario El País.

1. No eres transparente

Aunque tú puedes conocerte muy bien a ti mismo, puede que no seas capaz de mostrar cómo realmente eres a los demás y pones una muralla para que nunca lleguen a conocerte bien.

La psicóloga Jacquie Vorauer, de la Universidad de Manitoba (Canadá), habla de algo llamado “distorsión en la señal de amplificación”, que es “la tendencia a creer que comunicamos más de nosotros mismos de lo que realmente lo hacemos”, por lo que nunca encontramos necesario ser sinceros y mostrarnos tal cual somos.

Es importante ser transparente, para que el otro sepa de verdad cómo eres, pueda enamorarse genuinamente de ti y no se encuentre con la sorpresa de que hay algo de ti que no le gusta más tarde.

2. No eres bueno cortejando

En vez de recurrir a frases clichés que no sirven de mucho, el antropólogo David Givens en su libro El Lenguaje de la Seducción, recomienda usar el lenguaje corporal para acercarse a la otra persona y dar cuenta de cuál es tu intención. Por ejemplo, recomienda tocarse el cabello en el caso de las mujeres y mantener una postura erguida en el caso de ellos.

También aconseja acercarse a sus gestos y gustos. “Copiar las maneras hace que nos parezcamos más a la otra persona y da una impresión subliminal de ser más atractivo. Quienes hacen las mismas cosas tienen el camino allanado para hacer más cosas juntos en el futuro”, señala Givens.

Tampoco se trata de dejar de ser tú mismo, pero si por ejemplo a la otra persona le gusta correr o hacer ejercicio, puedes hacer un esfuerzo por comenzar a interesarte en la actividad física.

Dương Nhân | Pexels CCO
Dương Nhân | Pexels CCO

3. Ocultas tu rubor

Es normal sonrojarse cuando te acercas a la persona que te gusta, y muchas veces por lo mismo, algunas personas evitan acercarse a alguien cuando tienen interés amoroso.

Sin embargo, la ciencia dice que ese rubor en las mejillas es parte del cortejo. “El trasero de un chimpancé hembra se vuelve rosado para mostrar su receptividad a los machos. Un caballito de mar se pone naranja cuando quiere atraer a su pareja. La cara de un hombre o una mujer excitados en esta primera parte del cortejo se pone roja”, explica Givens.

El profesional agrega que el sistema nervioso simpático dilata los capilares de la cara avisándole que esa persona le atrae. Y no te avergüences por esto, porque es una buena señal para el otro y además hay estudios que comprueban que las personas que se sonrojan son percibidas como más confiables.

4. No te mueves adecuadamente

Como decíamos más arriba, el lenguaje corporal es importante. “Cuando un hombre encuentra atractiva a una mujer, en vez de decírselo con palabras puede alargar el brazo sobre la mesa, como si se dispusiera a tocarle el antebrazo o la mano” aunque nunca se la toque, dice Givens.

Inclinar el tronco hacia esa persona o entreabrir la boca también es una señal. “Refleja el deseo provocado por la atracción sexual. Los labios separados son comunes en las escenas románticas, cuando los miembros de pareja se acercan para darse el primer beso”, comenta Givens.

Si hablas sin parar y frunces los labios, darás la señal equivocada.

5. No sabes interpretar las señales

“Cuando una mujer se ve ignorada, rápidamente cambia su atención hacia otra parte aunque no se desplace. El hombre, menos habituado al lenguaje corporal, cree que ella sigue interesada sólo porque sigue físicamente allí. Absorto en el rostro y la figura de ella, presta una menor atención a su comportamiento. Esta reacción psicológica masculina se conoce como pigmalionismo: enamorarse de estatuas”, afirma Givens.

Y aunque las estatuas son bonitas, también son frías y desapasionadas, así que cambia de actitud. “Algunos hombres siguen haciendo la corte tanto si la mujer les presta atención como si no. Mientras tanto pasan por alto a las personas que les envían señales de aproximación. Esos son los hombres que tienen mala suerte con sus citas”, explica.

6. No das segundas oportunidades

Algunas personas al no ver ninguna señal del otro, rápidamente se rinden y puede ser que el otro simplemente sea tímido. “A raíz de esta inhibición en el lenguaje corporal (rehúye la mirada, se queda tieso…), podríamos pensar que una persona retraída es desagradable, aunque de hecho es más bien lo contrario. Le gustaría ser agradable si pudiera desbloquear su expresión facial y la rigidez de sus miembros. Son esas parejas que luego se dicen la primera vez que nos vimos, pensé que no te gustaba”, expresó Givens.

Si eres desinhibido, el experto recomienda acercarse con calma y relajar al otro con una conversación amena y con humor. “Como tienen un vínculo externo, diferente a ellos mismos, la conversación no parecerá invasiva o demasiado personal”, explica.

Por ejemplo, si vas a un museo no preguntes la opinión del otro sobre una compleja obra si la otra persona es tímida, sólo la pondrás incómoda. Es mejor optar por una charla más distendida.

7. Dejas de ser tú

No te avergüences de quién eres ni inventes un personaje de ti mismo.

“Para algunas personas la autorrepresentación consciente es una forma de vida. Monitoreando de continuo su propio comportamiento y registrando la reacción de los demás, modifican su comportamiento social cuando no ejerce el efecto deseado. Son esas personas que tienden a ser lo que se espera de ellas y que actúan como auténticos camaleones sociales”, explica David G. Myers en el libro Psicología Social.

Si buscas algo de una noche puede que te resulte, pero no para una relación más duradera, porque sólo decepcionarás al otro cuando aparezca tu verdadero ser.