Rosa Basoalto extraña las reuniones del club del adulto mayor que preside en Romeral, localidad rural de la comuna de Retiro (Región del Maule), ubicada a 17 kilómetros de la Ruta 5 Sur hacia la cordillera. Pero pese a que no pueden juntarse, ella decidió aportar a sus vecinos y enseñarles a usar las redes sociales en estos tiempos de Pandemia.

Luego de participar en la Ruta de Empoderamiento Digital de la Fundación PRODEMU -que pertenece a la Red de Fundaciones de la Presidencia de la República-, decidió compartir sus conocimientos. Esta ruta, que nació debido a la pandemia, tiene como objetivo contribuir al proceso de empoderamiento y desarrollo personal de las mujeres, mediante la adquisición de herramientas digitales básicas e intermedias en usos económicos y sociales, con enfoque de género.

Rosa, además de los talleres para adultas mayores, donde aprendió de herramientas digitales para usos comunicacionales y sociales, recibió un Smartphone con llamadas ilimitadas, internet y acceso a redes sociales, por 18 meses.

“Soy Presidenta del Adulto Mayor, que me he sentido muy orgullosa y privilegiada al día de hoy, porque me visitó la señorita Antonieta Morales , directora regional de PRODEMU. Estoy muy feliz y contenta por el hecho de que me regalaron un celular en la puerta de mi casa, que para mí fue un privilegio, que es lo más hermoso que me ha pasado últimamente y ahora viene ella a visitarme”, explicó.

Pero no se quedó solo con aprender. Así que con mascarilla puesta, alcohol gel y mucho entusiasmo, sale prácticamente a diario a visitar a otras adultas mayores con el objetivo que aprendan a usar sus celulares y puedan comunicarse con sus familiares, además de acceder a beneficios del Gobierno y hacer diversos trámites sin salir de casa.

“He aprendido a usar WhatsApp, Zoom, correo electrónico, Facebook y YouTube, cosas que no sabía, entonces aunque ahora no podemos por la pandemia, quiero enseñarle a mis abuelitos -que empecé con 12 y ahora tengo 30- entonces para mi es un honor, enseñarle al que me pida, ahí estoy yo, porque la verdad es muy bonito, uno se siente muy orgullosa de lo que uno es, lo que hace, de poder comunicarse”, explica la señora Rosa, de 65 años.