Seguramente has escuchado el concepto de ‘narcisismo’. Este rasgo de personalidad que significa una admiración exagerada así mismo, ya sea por su aspecto físico o cualidades psicológicas, a veces puede influir de manera negativa en las otras personas, sobre todo cuando se trata de la crianza de los hijos.

Sin embargo, este rasgo no es tan simple como parece y va más allá de la molestia que te puede generar estar cerca de una persona así. El narcisismo es un trastorno de la personalidad (NPD), el cual se puede malinterpretar y otorgarle este rasgo a alguien que sólo peque de soberbia.

Este trastorno es mucho más profundo y destructivo, teniendo efectos devastadores en las personas que tienen algún tipo de relación con el individuo que lo padece. Es algo difícil de tratar e incluso, algunos expertos consideran que no tiene tratamiento.

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La psicoterapeuta Karyl McBride, especializada en psicología, describe al medio especializado Psichology Today, los adversos efectos que pueden influir en un niño criado por un padre o madre narcisista.

McBride explica que en la mayoría de los casos de niños con padres que tienen este trastorno, los infantes no se sienten escuchados, sus sentimientos no serán reconocidos e incluso, algunos padres tratan a sus hijos como un accesorio propio en vez de considerarlos una persona.

Además, estos niños no aprenderán a identificar o confiar en sus propios sentimientos, creciendo con un autocuestionamiento paralizante. Tampoco aprenderán que sus sentimientos son más importantes que aparentar otra cosa ni serán personas honestas por miedo, ya que la imagen siempre será más importante que la autenticidad.

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Para la psicoterapeuta, los padres narcisistas criarán niños que aprenderán a guardar secretos para proteger al narcisista y a la familia, no se sentirán apoyados para desarrollar su propio sentido del ser y sentirán una sensación de vacío emocional y falta de protección.

“Serán niños que no aprenderán a confiar en otros, se sentirán usados y manipulados. Los niños serán el apoyo del padre narcisista, en lugar de que el padre o la madre los apoye a ellos como debe ser”, explica la psicóloga.

Ser criado por padres narcisistas es emocional y psicológicamente abusivo, causando efectos debilitantes y duraderos en los niños. Por lo general, los profesionales de la salud mental pasan por alto estos indicios, porque las personas narcisistas pueden ser encantadores en su presentación, mostrando la imagen que quieren que el mundo vea.

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A puerta cerrada, los niños se sienten asfixiados y luchan con la soledad y el dolor. El narcisista no se hace responsable por sus propios errores o comportamientos, por lo que el niño cree que tiene la culpa y que reprobó la infancia, según explica Karyl McBride.

También, la especialista puntualiza en que una de las mejores formas de poder combatir ese narcisismo, es la empatía, la gran antítesis de este trastorno, pero que si alguien presenta estos rasgos, debe ser tratado y siempre anteponer la salud y bienestar de los menores.