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(Artículo 04 del Código Procesal Penal)
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La pandemia de coronavirus ha complicado el cuidado de los niños y niñas, quienes ahora están en casa todo el tiempo y los padres han preferido disminuir, por seguridad o problemas económicos, la ayuda de niñeras o niñeros.
En muchos casos tampoco puede ser recomendable llevar a los niños con uno cuando hay que salir a realizar las compras u otros trámites. ¿Y qué pasa cuando ninguno de los padres puede quedarse a cuidarlos? No todos los niños pueden estar solos en el hogar de manera segura.
Según explica la Academia Americana de Pediatras, generalmente se considera 11 o 12 años una edad adecuada para que un niño o niña se quede en el hogar sin supervisión de un adulto, aunque esto dependerá de una serie de factores a tener en consideración.
La organización expresa que, para decidir si el menor de edad está preparado para quedarse solo, hay que asegurarse de que pueda realizar tareas básicas por sí mismo. Estas incluyen, por ejemplo, saber usar el teléfono de manera correcta, nunca decirle a un extraño que está solo en el hogar y poder llamar a los servicios de emergencias en caso de un incendio, urgencia médica o similar.
También consideran necesario que el niño o adolescente sepa cómo aplicar primeros auxilios básicos, por ejemplo, curar un corte o quemaduras menores, o que al menos conozca cómo pedir ayuda a alguien en estas situaciones.
Idealmente, debería saber cómo volver a encender el interruptor del sistema eléctrico, en caso de que se corte la luz; cómo usar las llaves de paso de las cañerías, por si ocurre algún accidente en que necesite cortar el agua; y cómo apagar un incendio si está cocinando (nunca hay que echar agua cuando el fuego implica grasa, se debe aplicar bicarbonato de sodio, harina o un extintor).
Fija reglas claras
Si crees que tu hijo o hija sabe todo esto y puede quedarse solo en casa, la Academia de Pediatras recomienda que, antes de hacerlo, establezcas reglas claras sobre lo que puede y no puede hacer cuando no hay adultos supervisándolo.
Esto puede incluir, por ejemplo, indicarle si puede invitar amigos a la casa cuando esté solo, cuándo puede abrir la puerta si alguien golpea y cuando no, qué canales de televisión no puede ver y qué sitios web no puede visitar.
Igualmente, aconsejan indicarles cuándo volverán a la casa y qué cosas planean hacer durante la salida. En caso de que se retrasen, pueden avisarle por teléfono o mensaje.
Y, si pueden, recomiendan llamar a los menores de edad o enviarles un mensaje cuando estén fuera, para preguntarles cómo están.
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