Fue en 2018 cuando un campesino ruso sorprendió a la comunidad científica con el descubrimiento de los restos de una cabeza de lobo gigante que habría existido en la Era del Hielo. El hallazgo ocurrió en la orilla del río Tirekhtyakh, ubicado en Yakutia (Rusia) y llamó la atención por el buen estado de conservación del cuerpo.

El trabajo fue dado a conocer en el mundo recién en junio de 2019, ya que fue exhibida en una muestra de criaturas congeladas que vienen desde la Era de Hielo, realizada en Tokio (Japón).

Según detalla Gizmodo, antes de la divulgación el cuerpo había sido estudiado en la University School of Medicine en Tokio, donde habían estimado que éste databa de hace unos 40.000 años. A eso agregaron que su buen estado de conservación se debía a que estuvo en contacto con el hielo permanente que está presente en la superficie de Siberia.

Albert Protopopov, paleontólogo ruso de la Academia de Ciencias de la República de Sakha que ha trabajado en Tokio con ese proyecto, indicó a los medios de comunicación que este es un hallazgo único, ya que da pie para estudiar cómo ha sido la evolución del lobo en la historia.

Daily Mail
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“Este es un descubrimiento único de los primeros restos de un lobo Pleistoceno completamente desarrollado con su tejido preservado. Lo compararemos con los lobos modernos para comprender cómo ha evolucionado la especie y para reconstruir su apariencia”, estimó.

Protopopov agregó que esta cabeza tiene un tamaño de 40 centímetros, constituyendo el hallazgo más importante, relacionado con esta especie, en la historia.

“Encontrar cráneos de lobo en el deshielo del permafrost (hielo del suelo) siberiano no es infrecuente, pero rara vez se encuentran en el mismo nivel que este enorme y antiguo depredador”, detalló.

A lo que agrega: “La singularidad de este hallazgo es que encontramos la cabeza de un lobo adulto con tejidos blandos y cerebro perfectamente conservados”.

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Por otro lado, los investigadores buscan establecer cómo fue que este animal terminó decapitado, aunque como primicia declaran que no existió acción humana en ese hecho.

Esto se explica porque, de acuerdo a los hallazgos registrados anteriormente, se cree que el hombre comenzó a habitar y colonizar aquella zona de Rusia hace 32.500 años.

“Por el momento, queremos evaluar sus capacidades físicas y ecológicas comparándolas con los leones y lobos de hoy”, concluyó Protopopov.