“Diana, la cazadora” es como se autodenominó la mujer que causó terror en la zona de Ciudad Juárez en México, luego de una serie de asesinatos que ocurrieron en 2013.

La historia, que parece un thriller de terror, fue noticia en una época en la que el movimiento #MeToo ni siquiera existía y que por primera vez mostraba a una mujer como la justiciera de sus compañeras.

Su aparición levantó las alertas y también el miedo de choferes de microbuses, las principales víctimas de esta justiciera.

Ellos temen encontrarla en su camino, debido a su crudo actuar que no dio un segundo para que sus compañeros pudieran actuar y pagaron de inmediato el costo de pertenecer a esa línea de microbuses.

Se trata de la historia de la mujer más temida por los choferes del norte de México, una rubia de 50 años, que envía correos electrónicos, está pendiente de sus redes sociales y pone a prueba a la justicia mexicana.

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Ciudad Juárez, el infierno de las mujeres

Ciudad Juárez es una zona industrial al norte de México, ubicada en el estado de Chihuahua y muy cercana a la frontera con Estados Unidos.

Es una ciudad que históricamente ha sido azotada por la violencia de los carteles de la droga, como el famoso “Cartel de Juárez” una organización que tuvo en ese lugar el centro de operaciones para el tráfico ilegal de drogas en los años 90, cuando Amado Carrillo, conocido como “El Señor de los Cielos”, era el líder.

Sin embargo, el narcotráfico no es el único origen de la violencia en esta zona, sino que también tiene una importante taza de femicidios, que saltaron a la luz hace más de 27 años, cuando “Las Muertas de Juárez” llenaban páginas y páginas de la crónica roja.

Se trata del brutal asesinato de cientos de mujeres, el primero fue el de Alma Chavira farell, una joven de 16 años que apareció estrangulada en enero de 1993, con golpes y señales de haber sido violada, señaló Infobae.

A partir de ese momento, Ciudad Juárez se convirtió en un infierno para las mujeres, cuando se denunciaba que al menos 11 de ellas eran asesinadas a diario y eran encontradas en campos algodoneros o enterradas a ras de suelo con signos de tortura o violación.

Sus edades rondaban entre los 15 y 25 años, eran generalmente mujeres que vivían en la precariedad y muchas abandonaron sus estudios para comenzar a trabajar en fábricas de la ciudad.

Para 1996 autoridades detuvieron al egipcio Abdel Latif Sharif, quien fue culpado de varios de los asesinatos, sin embargo una vez detenido y bajo la custodia de las autoridades de México, los delitos continuaban ocurriendo, algo que las mismas autoridades atribuyeron a la banda de “Los Rebeldes”, dedicada a los homicidios contra mujeres y que eran dirigidos por su prisionero desde la cárcel.

Casi 30 años han pasado desde que se conoció el caso y los homicidios contra mujeres continúan en la zona, siendo los femicidios y el narcotráfico parte de la cultura de la violencia en Ciudad Juárez.

Cientos de mujeres han sido víctimas, sin justicia aún, considerando que en gran parte de México se rehúsan a calificar esta situación como “femicidios”, es decir, asesinatos de género.

Sin embargo, una mujer hizo temblar a los hombres de Juárez, cuando buscó venganza, por la justicia que sus compañeras aún no tenían.

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El terror instalado en los choferes Juárez

Podría sonar parecido a la historia de “La Rubia de Kennedy”, una popular leyenda que surgió en 1978, cuando varios taxistas de Santiago comenzaron a ver a una mujer rubia con un largo vestido blanco que se paraba en la avenida Presidente Kennedy, en el sector oriente de Santiago.

Los choferes contaban que la mujer los hacía pasar, se subía al taxi y a las pocas cuadras simplemente se desvanecía y desaparecía del asiento trasero de sus vehículos.

Sin embargo, la historia de “Diana, la cazadora de choferes” está muy por lejos de la “Rubia de Kennedy” porque su final fue mucho más que un susto a los choferes que la conocieron.

El 28 y 29 de agosto de 2013 una mujer hizo parar un microbús de la ruta A-4 que parte en las colonias (barrios privados) de la ciudad hasta el centro de Juárez, una distancia que se recorre entre 10 a 15 minutos.

El primer día la mujer habría parado al microbús 718 a las 7.45 de la mañana, en la zona de la colonia Partido Romero, donde el chofer paró el vehículo para abrir la puerta, momento en que ella sacó una pistola y le disparó en diversas ocasiones al conductor.

Según relata El País, el chofer llamado José Roberto Flores Carrera intentó salvarse arrancando del microbús para pedir auxilio, sin embargo, no tuvo éxito y murió a causa de los disparos.

Al día siguiente, la situación se repitió a las 8:30 de la mañana en el microbús 744 de la misma línea que el anterior y los disparos fueron contra el conductor de 32 años, Fredy Zárate Morales.

En ese momento se instaló el terror en los choferes de la ruta en Ciudad Juárez, quienes estaban ya bajo sospecha por al menos 12 denuncias de ataques sexuales a mujeres que trabajan en los turnos nocturnos de las maquiladoras (fábricas de manufactura).

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Diana, la cazadora de choferes que atormenta Ciudad Juárez

Más de 20 testigos presenciales de los asesinatos entregaron testimonio al Departamento de Justicia de Chihuahua, confirmando que se trató de una mujer de cabello rubio, de entre 25 y 40 años que vestía de negro.

Un retrato hablado vino a completar la descripción de la mujer, que según informaba Carlos González, vocero de la Fiscalía de Chihuahua, no tenía precedente alguno.

Sin embargo, un día después la autora “salió a la luz pública” a través de un correo electrónico que hizo llegar a “La Polaka”, un portal de noticias de México.

En la misiva la supuesta autora de los homicidios se denominó “Diana, cazadora de choferes”, señalando: “Mis compañeras y yo hemos sufrido en silencio, pero ya no podemos callar más, fuimos víctimas de violencia sexual por choferes que cubrían el turno de noche de las maquilas aquí en Juárez, y aunque mucha gente sabe lo que sufrimos, nadie nos defiende ni hace nada por protegernos”, consignó Clarín.

El correo electrónico continuaba con la declaración: “Por eso yo soy un instrumento que vengará a varias mujeres que al parecer somos débiles para la sociedad, pero no lo somos en realidad, somos valientes y si no nos respetan nos daremos a respetar por nuestra propia mano; las mujeres juarenses somos fuertes”, dando a entender que continuarían los asesinatos a choferes, aunque nunca reconoció los primeros homicidios.

Tras el primer mensaje, apareció un segundo correo anónimo dirigido al Grupo Radio Net, una emisora cercana a la frontera con Estados Unidos.

En el mensaje, “Diana, cazadora de choferes” indicaba: “Tengo la sensación de que desde hace un par de días me han estado siguiendo, por lo que temo por mi vida, otra cosa importante es que se ha dicho que tengo un facebook (fue abierta una página a su nombre en la red social) y eso no es cierto”.

La verdad tras “Diana, la cazadora de choferes”.

Tras la última misiva, la peruana Laura Bozzo, conductora del talk show estelar de Televisa en esos años, decidió ir en búsqueda de la misteriosa mujer.

Según declaraba Univisión, la conductora arribó a Ciudad Juárez, en medio de una multitud de personas y reporteros, para trabajar en el caso, indicando que es una zona donde ha estado más de 25 veces y que sólo “está tratando de conectar”.

Además, trabajaría en un programa especial con las familias de las víctimas y la última mujer asesinada en la ciudad junto con intentar una entrevista en la clandestinidad y la posible entrega de la mujer.

A ese nivel de popularidad llegó “Diana”, la mujer que asesinó a dos hombres, en venganza por las cientos de víctimas de femicidio en Ciudad Juárez.

Sin embargo, sus delitos lograron lo que ninguna de las mujeres asesinadas pudo obtener, todas las fuerzas de seguridad mexicanas trabajando para encontrarla en sólo un par de días, cuando “Las muertas de Juárez” que habían fallecido hace 10 años ni siquiera tuvieron personal que pudiera ver sus casos.

La muerte de dos hombres a manos de una supuesta mujer, de quien no se supo más que una escueta descripción, el retrato y un par de correos electrónicos, levantó una investigación sin éxito, ya que nunca se supo quién era la misteriosa vengadora.

Para Sergio González Rodríguez, autor de Huesos del desierto, una investigación que aborda, entre otros temas, los feminicidios en Ciudad Juárez, la situación no debió darle foco a la supuesta asesina, sino que más bien “denunciar la pésima actuación del Gobierno local frente a la violencia contra las mujeres” consignó El País.

González, que también era columnista del diario Reforma, añadió “El Gobierno de Chihuahua, desde veinte años atrás, se ha especializado en inventar acusaciones e historias inverosímiles con el fin de desviar la atención sobre su trabajo ineficiente y corrupto”.

El analista finalizó su declaración destacando que los medios de comunicación debieron cuestionar a la autoridad mexicana “donde la oligarquía local ha patrocinado la idea de que el feminicidio es un ‘mito, que nunca existió nada semejante en Ciudad Juárez”, pese a un historial de violencia en la ciudad.

“Quien niega el exterminio, es parte del exterminio. La violencia contra niñas, menores y mujeres en Ciudad Juárez es una forma de exterminio”, finalizó.