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Escenas de pánico, tiroteos, linchamientos. La matanza de la universidad Thammasat de Bangkok, donde fueron asesinados decenas de estudiantes, aún traumatiza 44 años después a parte de la juventud tailandesa que se manifiesta para pedir democracia.

El 6 de octubre de 1976 las fuerzas de seguridad y milicias prorrealeza asesinaron, golpearon hasta la muerte y colgaron de los árboles a decenas de estudiantes opuestos a la vuelta de la dictadura militar.

La represión dejó un saldo de 46 muertos, según las autoridades, más de un centenar según testimonios de la época.

“Fue una batalla desigual, fue una masacre. Los estudiantes no se defendieron, no teníamos armas”, cuenta a AFP el superviviente Krisadang Nutcharut, quien logró huir cruzando a nado el río Chao Phraya que pasa por detrás de la universidad.

Algunos de sus amigos no tuvieron tanta suerte. Los vio arrastrados por el campo de fútbol, uno fue asesinado a tiros ante sus ojos y muchos más murieron por la explosión de una granada.

Lo que presenció lo motivó para convertirse en abogado defensor de la causa de los activistas prodemocracia.

Hoy, a sus 62 años, el abogado representa a varias figuras del movimiento prodemocracia que congregó a decenas de miles de manifestantes el 19 de septiembre, algo nunca visto desde el golpe de Estado del general Prayut Chan O Cha en 2014.

Sus clientes, Anon Numpa y Panupong “Mike” Jadnok exigen la dimisión del militar, que legitimó su mandato en unas polémicas elecciones en 2019.

Están acusados de sedición y también han hecho llamamientos a reformar la poderosa y secreta monarquía.

AFP

“No subestimar al ejército”

“Tengo que enseñar a la generación más joven a no subestimar a los militares porque son despiadados”, explica el abogado.

En la larga lista de actos violentos vinculados a los numerosos golpes de Estado que ha vivido el país durante el siglo XX, la masacre de Thammasat destaca por su brutalidad.

Ningún alto cargo fue juzgado por las atrocidades.

El régimen militar subió al poder después de la matanza poniendo fin a un paréntesis de tres años de democracia y acusó a los estudiantes de ser los primeros en abrir fuego. Ellos siempre lo han negado.

Incluso en la actualidad es casi imposible cuestionar la versión oficial, lamentan los especialistas en este período.

Cuanto más intente el poder “enterrar hechos vergonzosos como estos, más crecerá la polémica”, explica el escritor tailandés-estadounidense Pitchaya Sudbanthad, cuya novela “Bangkok Wakes to Rain” trata sobre el trauma del 6 de octubre.

Según él, los jóvenes de hoy comparten “el mismo deseo de una democracia funcional y progresista que los estudiantes de los años 1970”.

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AFP | FOCUS by Dene-Hern CHEN

Los estudiantes quieren respuestas

La memoria de Thammasat está omnipresente en las protestas de hoy en día. Los líderes del movimiento la mencionan para enardecer a los manifestantes.

Una canción recurrente es “Por el pueblo”, escrita por Jin Kammachon, un superviviente de la masacre, cuya letra dice: “Permítanme ofrecer mi vida, poco importa cuántas veces muera”.

Además cada vez más jóvenes se interesan también por la documentación de la masacre, afirma la académica Puangthong Pawakapan, que cofundó un proyecto de archivo en línea.

“Los estudiantes quieren respuestas a preguntas que la historia tradicional no tiene”, explica a la AFP.

Krisadang toma distancias para dejar a los jóvenes expresarse. “Hacen un mejor trabajo que mi generación” -dice- “pero el camino hacia la democracia aún es largo y deben ser fuertes”

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