Como Jesse Wayne Craddock (38) fue identificado el hombre que, en Estados Unidos y estando drogado, se desmayó sobre su bebé de cuatro meses y la asfixió hasta la muerte. Ahora, el acusado enfrenta los cargos de homicidio en primer grado.

Según publicó el portal Wkrn, la imputación podría verse agravada por abuso infantil, negligencia y posesión de drogas.

Los hechos ocurrieron el 3 de abril pasado, cuando la policía local recibió una llamada que advertía lo que estaba ocurriendo en Lebanon, Georgia, en Estados Unidos.

El hombre, que cuidaba a la lactante mientras su madre trabajaba, había estado bajo los efectos de fentanilo, “un fuerte opioide sintético similar a la morfina, pero entre 50 y 100 veces más potente”, consignó el Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas del país norteamericano.

Tanto el padre como la menor fueron trasladados hasta el Centro Médico del Condado de Vanderbilt Wilson, donde a la pequeña se le aplicó resucitación cardiopulmonar. No obstante, más tarde fue declarada muerta. Una autopsia posterior confirmó que la causa de fallecimiento fue la asfixia.

Jesse, en tanto, se enfrenta a la justicia norteamericana y ya se encontraría tras las rejas, luego de haber violado su libertad condicional por otros delitos cometidos.

Fentanilo y el problema de las drogas

El fentanilo se administra en forma de inyección, parche o pastillas que el usuario disuelve en su boca. Esto, siempre que sea recetada. En otros casos, y como ocurre con otros analgésicos opioides, ocurre que personas lo adquieren ilegalmente.

“Este fentanilo sintético se vende ilegalmente en forma de polvo, vertido en gotas sobre papel secante, en envases de gotas para los ojos o rociadores nasales o en pastillas parecidas a las de otros opioides recetados”, advierten desde el Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas. Algunos, incluso, mezclan la droga con otras como heroína, cocaína o metanfetamina.

Una sobredosis del medicamento podría llevar a dificultades para respirar y una hipoxia, la falta de oxígeno en el cerebro. Esto, a su vez, podría llevar a sufrir descompensaciones, coma, daños permanentes en el cerebro e incluso la muerte.

Sólo en la ciudad de San Francisco, y en los primeros cuatro meses de este 2021, han fallecido 252 personas producto de una sobredosis de fentanilo, según El País.